21º FESTEJO DE ABONO. Domingo 27 de abril de 2008.
El novillero Agustín de Espartinas ha realizado la mejor faena de la tarde y ha conseguido cortar una oreja en la Maestranza sevillana, premio que le convierte en el triunfador del festejo. Sus compañeros de cartel, Fernando del Toro y Abel Valls, se fueron de vacío.
CRÓNICA:
Agustín de Espartinas ha hecho la mejor faena de la tarde al cuarto novillo, el mejor de los lidiados en el día de hoy. El novillero sevillano ha demostrado que llegaba con ganas a esta cita sevillana al irse en sus dos novillos a la puerta de chiqueros para recibirlos a portagayola. Los mejores momentos de su actuación han llegado en el cuarto, animal que embestía con recorrido y calidad. La faena a ido a más en acoplamiento y templanza y han destacado buenos cambios de mano, pases de pecho y un trincherazo, además de una serie muy cuajada por la derecha en una faena bien concebida y ejecutada. Después de una estocada de rápido efecto ha logrado el único trofeo de la tarde.
Se lidiaron cuatro novillos de Hdros. de Salvador Guardiola Fantoni y dos de los Hdros. del Excmo. Sr. Conde de la Maza, de juego desigual. Destacó el cuarto, ovacionado en el arrastre.
Agustín de Espartinas, silencio y una oreja.
Fernando del Toro, silencio tras dos avisos y silencio.
Abel Valls, silencio y silencio tras aviso.
La plaza registró más de media entrada.
En el primero de su lote también se fue a portagayola, pero en la faena de muleta no se sintió cómodo ante la molesta embestida que tuvo este ejemplar del conde de la Maza, que acometía defendiéndose por falta de fuerza.
Fernando del Toro hizo un esfuerzo en su primero, un novillo muy complicado sobre todo por el lado derecho al que únicamente pudo torear al natural, pitón por el que el animal iba pero sin entregarse, siempre con la cara alta. Un par de series por ese lado tuvieron mérito.
En el quinto, Fernando del Toro se encontró con un novillo difícil del Conde de la Maza. No fue una prueba fácil para el novillero sevillano, que plantó cara con dignidad a la dificultad logrando sobreponerse a ella.
Cerraba el cartel el castellonense Abel Valls, que no tuvo suerte con su lote. Su primero fue un animal muy débil que se paró por competo en la muleta sin dar opciones al insistente novillero. El novillo que cerró plaza le propinó una voltereta de la que salió visiblemente conmocionado. Pese a ello se repuso y porfió en una faena con la que buscó ganarse el respeto de la afición sevillana.
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