El jiennense Alfonso Robles fue el novillero más destacado en la tercera novillada de promoción, el último festejo antes de la final del próximo jueves. Robles dio una vuelta al ruedo después de mostrar buenas maneras ante el quinto novillo de la noche y provocar la petición de oreja por parte del público, trofeo que el presidente no concedió.
CRÓNICA:
David Parrilla ‘El Tamiro’, de Morón, fue el encargado de abrir plaza con un novillo molesto por los constantes cabezazos que pegaba. El novillero sevillano no pudo conseguir lucimiento con este enemigo y a la hora de matar evidenció su inexperiencia, escuchando un aviso.
Se lidiaron novillos de Toros de La Plata, bien presentados y de juego desigual.
El Tamiro, silencio tras aviso.
Alejandro Carmona, ovación tras aviso.
Juan Gabriel Pérez, silencio tras dos avisos.
Manuel Ortega, silencio tras aviso.
Alfonso Robles, vuelta tras petición de oreja.
El Toleo, silencio.
La plaza registró casi dos tercios de entrada.
El almeriense Alejandro Carmona brindó a Manuel Díaz ‘El Cordobés’ una faena en la que destacó en los remates de las series ante un novillo también algo molesto en sus embestidas. También escuchó un aviso antes de ser ovacionado por el público.
Juan Gabriel Pérez, de Murcia, tuvo que perseguir por todo el ruedo a un novillo manso y huidizo. Su insistencia le llevó a escuchar un aviso antes de entrar a matar y a punto estuvo de oír los tres por su fallo con la espada. Su labor fue silenciada.
El sevillano Manuel Ortega dejó algunos lances destacados en el quite que le hizo al tercer novillo y en su astado mostró buena disposición, no correspondida por un animal también huidizo que no le permitió lograr mayor lucimiento.
Alfonso Robles, representante de la Escuela de Tauromaquia de Jaén, fue el más destacado de la noche al mostrar muy buen corte en el quinto eral. Robles supo aprovechar las mansonas embestidas de su oponente para dejar los mejores muletazos de la novillada. El público pidió una oreja para él, trofeo que el presidente no concedió.
El murciano David Sánchez ‘El Toleo’, de la escuela de Manuel Cascales, cerró plaza con un novillo que se dejó más y al que entendió mejor por el lado izquierdo, por donde llegaron los mejores momentos de su actuación, aunque al final perdió un tanto el hilo de la faena. Mató de estocada casi entera y fue silenciado.