17 FESTEJO DE ABONO. Domingo 1 de junio de 2014.
Los novilleros Borja Jiménez y José Garrido han entrado en la historia de la plaza de toros de Sevilla al cortar tres orejas cada uno y salir juntos por la Puerta del Príncipe. El sevillano y el extremeño han conquistado a la afición de la Maestranza con distintos argumentos, pero con el factor común de la entrega sin límites y gracias también al buen juego de la novillada de Fuente Ymbro que se lidió. El valenciano Fernando Beltrán no pudo unirse al triunfo de sus compañeros en esta tarde histórica.
CRÓNICA:
El público que ha asistido a la novillada de esta tarde en Sevilla recordará durante mucho tiempo que en ella se produjo el caso insólito de que dos novilleroa abrieran la Puerta del Príncipe a la vez. Lo han conseguido el espartinero Borja Jiménez y el pacense José Garrido, que se han mostrado pletóricos, cortando tres orejas cada uno.
Se lidiaron seis novillos de Fuente Ymbro, bien presentados y de buen juego en conjunto, destacando segundo y quinto.
Fernando Beltrán, silencio y ovación.
Borja Jiménez, dos orejas y oreja.
José Garrido, oreja y dos orejas.
La plaza registró media entrada. En cuadrillas saludaron Jesús Díez Fini en el tercero y Antonio Chacón, Fini y José M Amores en el sexto.
El valenciano Fernando Beltrán mostró buenas maneras con el capote a pesar de sufrir un desarme en el primero de la tarde. El novillo estaba justo de fuerza y lo acusó en la muleta, donde Beltrán le dio una serie estimable con la zurda y poco más, ya que el novillo se fue desinflando rápidamente. Lo más destacado de su actuación fue la estocada. Silencio.
En el cuarto, Beltrán pasó algunos apuros con el capote. En este novillo se lució en un quite por delantales Borja Jiménez. A pesar de que comenzó entonado y de que puso voluntad, la faena no acabó de remontar pasando en blanco en este debut en Sevilla. Volvió a matar bien, dejando al novillo sin puntilla y por eso fue ovacionado.
Borja Jiménez recibió al segundo a portagayola, mostrándose después decidido con el capote. En este novillo hizo un buen quite por chicuelinas José Garrido, dejando su tarjeta de presentación. Jiménez brindó al público y comenzó la faena con pases cambiados por la espalda y buenos remates. En la primera serie citó de lejos y ligó muy bien, comenzando a sonar la música. La segunda también fue ligada y destacada, aprovechando la muy buena condición del novillo. Por el pitón izquierdo cuajó una serie muy buena a la que siguió otra diestra de buena factura. Cuando volvió a la zurda, el novillo empezó a distraerse y se fue a por la espada. Terminó con manoletinas antes de matar de estocada y le fueron concedidas las dos orejas.
En el quinto volvió a irse a portagayola, pero el novillo, muy suelto, impidió el lucimiento con el capote. La faena de muleta la comenzó de rodillas ligando una primera serie muy buena rematada con un pase de desprecio que creó ambiente de triunfo. Ligó bien la primera serie con la derecha y también la segunda. Al natural, el novillo se mostró gazapón y hubo menos acoplamiento. La faena bajó un tanto pero había méritos para redondear el triunfo y alcanzar la meta de la Puerta del Príncipe. El de Espartinas se fue detrás de la espada para amarrarlo y cortó la oreja que le abría la ansiada puerta.
Garrido mostró buenas maneras en el recibo a la verónica al primero de su lote y también en el inicio de la faena de muleta. Con ambas manos logró momentos de buen toreo, destacando en los remates de serie llevando mucho al novillo. Al natural logró meter al novillo, que no era fácil por ese pitón, dando imagen de capacidad y oficio. Una última serie por la derecha caldeó el ambiente. Mató de estocada desprendida y cortó una oreja.
El extremeño se lució con el capote tanto a la verónica de salida como en un galleo por chicuelinas y sobre todo el un quite con dos verónicas y media que hicieron sonar la banda. En banderillas se desmonteraron todos los miembros de la cuadrilla y Garrido brindó a Álvaro Domecq. Su gran virtud fue entender muy bien al novillo desde la primera serie. Destacó la segunda tanda, muy bien rematada con un gran pase de pecho. Al echarse la muleta a la zurda el novillo se vino a menos pero Garrido logró levantar el tono de la faena con una última serie por la derecha, la más redonda de todas. Se tiró a matar con fe y aunque el novillo tardó en caer, le fueron concedidas las dos orejas que le abrieron la Puerta del Príncipe.
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