2º FESTEJO DE ABONO. Viernes 9 de abril de 2010. Novillada.
El novillero Cristian Escribano ha hecho lo más destacado en la primera de las novilladas de abono celebradas esta temporada en la Real Maestranza de Sevilla. Dio una vuelta al ruedo en el segundo de la tarde después de realizar una faena que fue muy del gusto de la afición sevillana.
CRÓNICA:
Lo más destacado de esta novillada que abrió el ciclo continuado de festejos en la plaza sevillana lo realizó el novillero madrileño Cristian Escribano, que dio una vuelta al ruedo en el segundo de la tarde. También brilló el buen juego de alguno de los novillos de Espartaco que se lidaron.
Se lidiaron novillos de Juan Antonio Ruiz Román ‘Espartaco’, bien presentados, con movilidad y algunos muy buenos, destacando el tercero y sobre todo el cuarto, que fue un animal de gran bravura. clase y entrega.
Luis Miguel Casares, silencio y silencio.
Cristian Escribano, vuelta tras petición y silencio tras dos avisos.
Esaú Fernández, silencio y ovación.
La plaza registró media entrada.
Saludaron los banderilleros Antoñares, Marcos Ortiz, Curro Robles y Perico.
No hubo lucimiento en el recibo de capa de Casares al primero de la tarde. Hubo rivalidad en quites con uno por tafalleras de Escribano y la réplica por chicuelinas de Casares. En la muleta el novillo se quedaba muy corto y reponía, por lo que no facilitó la labor del novillero. Intentó sacarle los pases uno a uno y su labor no tuvo eco en el tendido. Mató de estocada efectiva. Silencio.
Cristian Escribano se fue a los medios para comenzar la faena de muleta con dos pases cambiados y preciosos muletazos por bajo. La plaza reaccionó enseguida y se metió en una faena ligada y con mejores momentos por la derecha. Al natural hubo menos limpieza y la banda dejó de sonar. Con todo, fue una labor digna y dejó buen sabor de boca. Una estocada defectuosa le apartó de la oreja aunque hubo petición. Dio la vuelta al ruedo.
Esaú Fernández estuvo entonado en el recibo de capa al tercero, que dio un susto al banderillero José Antonio Muñoz ‘Perico’, por fortuna sin consecuencias. En la faena de muleta no logró del todo conectar con el público ante un novillo que fue un buen colaborador. Terminó con circulares y pisando un terreno de cercanía que fueron lo mejor de su labor. Mató de estocada defectuosa.
También embistió el cuarto, al que Casares ligó series entonadas por el lado derecho. Elevó el tono de la faena al natural, con muletazos largos y más logrados gracias a la gran calidad del novillo de Espartaco, que no paró de embestir bien. Pero la faena no acabó de redondearse. Mató de estocada desprendida y descabello. Silencio para el novillero tras una fuerte ovación para el novillo en el arrastre.
Más molesto resultó el quinto, que pasaba dando tornillazos y descomponía los intentos de Escribano. Ya en banderillas puso en apuros a los hombres de la cuadrilla y en la muleta se mostró como el más complicado. El chaval no tiró la toalla y lo intentó y estuvo firme, consiguiendo sacar muletazos a su enemigo, que mejoró en su comportamiento cuando se le hicieron bien las cosas. Estuvo por encima aunque extendió demasiado la faena. Le sonó un aviso antes de cuadrar al toro. Estocada y tres descabellos. Silencio tras dos avisos.
Un poco desordenada resultó la lidia del sexto, un animal sin fijeza que iba siempre suelto. Esaú Fernández lo entendio bien al natural, logrando los mejores momentos de su actuación hasta que el novillo buscó tablas y se vino a menos. Pinchó varias veces. Silencio.
{gallery}galeria/temp2010/9abr:180:120:0:0{/gallery}