Con un paréntesis de cinco años entre uno y otro, la plaza de toros de Sevilla ha vivido dos momentos históricos con el indulto de dos toros que quedan para siempre en la memoria del aficionado. El 20 de abril de 2011 José María Manzanares indultó al toro ‘Arrojado’ de Núñez del Cuvillo, mientras que el 13 de abril de 2016 se produjo el indulto del toro ‘Cobradiezmos’ de Victorino Martín a manos de Manuel Escribano.

Esos dos toros, y por supuesto los toreros que los lidiaron, escribieron páginas de oro en la historia de la Plaza de Toros de Sevilla. Gracias al encuentro entre estos excepcionales animales y los dos toreros que tuvieron delante, Sevilla pudo asistir a uno de los momentos más felices que se pueden vivir en una plaza de toros, el perdón de la vida animal por su excelente comportamiento en el ruedo.

Precedente

Estos dos indultos tienen como precedente el que se produjo el 12 de octubre de 1965. Ese día se indultó un novillo de Albaserrada a manos de Rafael Astola, novillero de La Algaba que no llegaría a tomar la alternativa. El novillo se llamó ‘Laborioso’ y estaba marcado con el número 24. Como curiosidad, las crónicas destacan la labor del novillero, que tan solo recibiría una oreja como premio a su actuación.

Tuvieron que pasar 45 años para que la afición de Sevilla se volviera a encontrar con un indulto, en esta ocasión de un toro a manos de una de las máximas figuras del momento.

El Reglamento

¿Qué dice el reglamento sobre el indulto? En principio sienta las bases de su finalidad, que no es otra que la de “preservar la casta y la raza de las reses”. El indulto valora dos cosas primordiales en el toro: por un lado sus características zootécnicas y por otro su “excelente comportamiento en todas las fases de la lidia sin excepción”.

Y, por último, ¿qué premisas marca el reglamento para que un toro se indulte?

-Que sea solicitado mayoritariamente por el público

-Que lo solicite el diestro

-Que muestre su conformidad el ganadero

Todas estas exigencias se cumplieron con creces en el caso de ‘Arrojado’ y ‘Cobradiezmos’.

‘Arrojado’

El toro ‘Arrojado’ de Núñez del Cuvillo estaba marcado con el número 217 y pesó 500 kilos, era negro, tocado de pitones, bajo y bien hecho. Fue lidiado por José María Manzanares el 20 de abril de 2011.

Sobre su comportamiento, el ganadero Álvaro Núñez dijo: “Me he echado a llorar viéndolo embestir antes del indulto, porque el toro embestía con una entrega absoluta, con una bravura muy de verdad, con el concepto que nosotros perseguimos”.

Por su parte, Manzanares lo definió de este modo una vez concluida la faena: “El toro ha sido extraordinario, ha tenido clase, ritmo, he disfrutado una barbaridad con él. Ha sido como un sueño, aún no me lo creo. Me ha permitido torear con el alma, como yo sueño”.

‘Cobradiezmos’

El toro ‘Cobradiezmos’ de Victorino Martín estaba marcado con el número 37 y pesó 562 kilos, era cárdeno, tocado de pitones y de muy buenas hechuras.Fue lidiado por Manuel Escribano el 13 de abril de 2016.

El ganadero Victorino Martín valoró así el comportamiento del toro: “Tuvo muchas virtudes y un pequeño defecto, el de escarbar antes de arrancarse. Pero aun así todo lo que hizo en la plaza rozó la perfección de la bravura, desde la misma salida a al ruedo”. Y hablo de su genalogía: “Pertenece a una de las mejores familias de la ganadería, la de las vacas ‘Cobradoras’, que ya nos han dado grandes productos”.

Por su parte, Manuel escribano lo definió así: “No era fácil estar a la altura de un toro así en una plaza como la de Sevilla y con una ganadería como la de Victorino. Su tipo de embestida, por tanta bravura, resultaba incómoda, no era fácil entenderlo. Reconozco que tuve una duda, pero luego lo resolví y le hice lo que había que hacerle: echar la muleta muy delante y llevarlo muy toreado, con la mano baja y muy largo, exigiéndole todo lo que podía. Así logré imponerme y vivir esos momentos irrepetibles para mí”.