13º FESTEJO DE ABONO. Martes 24 de abril de 2007.
El diestro César Rincón ha sido el triunfador de la tarde al cortarle las dos orejas al cuarto toro, un sobrero que le propinó una fuerte voltereta cuando toreaba al natural, recuperándose el torero y volviendo con raza a la cara dle toro para protagonizar uno de los momentos más emotivos de lo que va de Feria. La despedida de Rincón de la Maestranza, por tanto, triunfal, mientras que Enrique Ponce y Salvador Cortés no pudieron evitar irse de vacío ante toros que no dieron muchas opciones.
CRÓNICA:
César Rincón consiguió transmitir una gran emoción al público en el cuarto de la tarde. El diestro colombiano, que toreaba por última vez en la Maestranza al haber decidido retirarse cuando finalice esta temporada, reaccionó con raza y valor después de la seria voltereta que le propinó este sobrero de Torrestrella y el público vibró con su toreo. Rincón dio una lección de pundonor al quedar visiblemente conmocionado tras la cogida y volver a la cara del toro para completar una faena que acabó de despegar al final, cuando el colombiano cuajó un par de series diestras y otra al natural pegado a las tablas. Mató al segundo intento en la suerte de recibir y amarró un triunfo épico en Sevilla.
Se lidiaron toros de Torrestrella, bien presentados y de escaso juego a excepción del cuarto, sobrero del mismo hierro, que tuvo más vibración. Los demás se apagaron muy pronto.
César Rincón, silencio y dos orejas.
Enrique Ponce, silencio y saludos.
Salvador Cortés, silencio y saludos.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’.
En el primero de su lote no pudo hacer nada porque el toro, en el colmo de la falta de raza, llegó a echarse a poco de comenzar la faena. Aunque volvió a levantarse, ya no hubo lucimiento posible.
Esto mismo le ocurrió a Enrique Ponce en segundo de la tarde, que embistió al paso y sin ninguna codicia, lo que impidió que el torero construyera faena pese a intentarlo por los dos pitones.
El quinto se dejó un poco más pero no humilló y siempre le costó llegar al final de sus embestidas. Ponce intentó sacarle partido por los dos pitones, consiguiendo una faena limpia y estética pero sin vibración porque el toro no la ponía.
Salvador Cortés también se fue de vacío. Su primero fue el toro más complicado de la corrida por embestir siempre dando cabezazos y descomponiendo cualquier intento del torero, que en ningún momento le volvió la cara a la dificultad. Mató de muy buena estocada.
Al sexto le dio mucha distancia en los primeros cites y consiguió calentar a la tercera serie de derechazos. A partir de ese momento el toro se vino abajo y Cortés no pudo brillar tanto al natural, por donde el toro se quedaba cada vez más. Otra vez la estocada fue de nota y el público le ovacionó por ello.
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