8º FESTEJO DE ABONO. Martes 16 de abril de 2013.
El diestro Manuel Jesús ‘El Cid’ protagonizó los mejores momentos de la tarde en el mano a mano que libró con Daniel Luque en la Real Maestranza de Sevilla ante toros de Victorino Martín. El torero de Salteras fue quien más se acercó al triunfo, que perdió en el quinto por culpa de la espada. Daniel Luque tuvo un lote menos colaborador y también se fue de vacío.
CRÓNICA:
Para El Cid fueron las únicas ovaciones de la tarde en este mano a mano entre toreros sevillanos librado ante una seria corrida de Victorino Martín. Este diestro construyó las faenas más interesantes y perdió un posible triunfo con la espada, mientras que Daniel Luque brilló con el capote y tuvo menos posibilidades en su lote.
Se lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados y de escaso juego. Se dejaron más primero, segundo y quinto.
Manuel Jesús ‘El Cid, ovación, silencio y ovación.
Daniel Luque, silencio, silencio y silencio.
Casi tres cuartos de entrada.
En cuadrillas saludaron Alcalareño en el primero y Abraham Neiro en el sexto.
El Cid mostró oficio en el recibo de capa al primero de la tarde, que pecó de falta de fuerza en los primeros tercios. En banderillas el toro estuvo a punto de coger a Alcalareño en el tercer par, siendo ovacionado por exponer tanto. En la muleta repuso por el pitón derecho pero El Cid fue sobando hasta que logró un par de series de mucho mérito por ese lado. También consiguió hilvanar momentos buenos al natural, ligando muy bien a base de dejar la muleta puesta. Pinchó antes de dejar una estocada trasera y rematar con un descabello. Fue ovacionado.
El segundo de la tarde manseó en el caballo, propinando una caída al picador en el primer puyazo. En la muleta se le coló un par de veces por el lado derecho pero Daniel Luque lo desengañó toreándolo con la zurda y después logró sacarle un par de tandas diestras que fueron lo mejor de la faena. El toro tuvo el defecto de salir distraído de las suertes y eso restó continuidad y emoción a la labor del torero. Mató de media y dos descabellos. Silencio.
El Cid no se pudo lucir de capa con un toro muy seguido de salida. En la muleta el toro quedó muy soso y además tuvo peligro sordo. No humillaba el de Victorino y se revolvía pronto. La falta de emociones por parte del toro hizo que el público pidiera a El Cid que fuera breve. El Cid mató muy bien, dejando al toro sin puntilla. Silencio.
Daniel Luque toreó muy bien a la verónica al cuarto de la tarde. También se lució en un quite por delantales. Daniel Luque brindó al público y fue metiendo al toro por el lado derecho en una primera serie. Hubo muletazos de buen trazo y compostura pero no logró calentar. Al natural también sacó muletazos pero sin la necesaria conexión con el tendido por la falta de transmisión del toro, que embestía sin celo ni viveza. Mató de estocada y descabello. De nuevo su labor fue silenciada.
El quinto de la tarde manseó y se fue suelto de salida. El Cid lo entendió muy bien en la faena de muleta. No lo dejó parar entre muletazos y muletazo y de este modo ligó varias series por el pitón derecho que hicieron sonar la música por primera vez en toda la tarde. Por el izquierdo al toro le costó más y después de darle una serie cambió de nuevo a la derecha, logrando subir el tono. Pinchó y dejó una buena estocada al segundo intento. Eso pudo apartarle del triunfo. Fue ovacionado.
El último Victorino de la tarde no humilló en el primer tercio y siguió sin hacerlo en la muleta, de ahí que se orientara y diera propinara coladas peligrosas a Daniel Luque. Lo intentó por ambos pitones el torero de Gerena pero el público, ofuscado a esas alturas por el desarrollo de la corrida, le pidió que lo matara. Lo hizo de pinchazo y estocada.
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