alt17º FESTEJO DE ABONO. Sábado 12 de abril de 2008. 

El Fandi ha protagonizado los momentos más vibrantes de la tarde, cosechando todas las ovaciones del público que llenó la plaza en esta tarde de sábado de farolillos. El diestro de Granada ha puesto la plaza en pie en dos tercios de banderillas de gran espectacularidad. No cortó orejas pero fue el único capaz de calentar el ambiente. Ni El Cordobés ni Rivera Ordóñez puntuaron en su única tarde en la Maestranza.

 

CRÓNICA:

Las ovaciones más fuertes de la tarde fueron para David Fandila ‘El Fandi’ en los tercios de banderillas que protagonizó en los dos toros de su lote. En el primero de ellos destacó la espectacularidad del segundo par, en el que tras un primer recorte en la cara, el torero clavó corriendo hacia atrás dejándose llegar al toro. El tercero al violín cerró un tercio que puso a la gente en pie. Ya con la muleta ligó un par de series hasta que el toro se vino a menos e imposibilitó mayor lucimiento del torero. Mató de estocada y hubo petición de oreja aunque no mayoritaria. Fandi saludó desde el tercio.

Se lidiaron seis toros de Torrealta, bien presentados en conjunto y de juego desigual. Destacó el mayor temple del tercero y la mayor movilidad del quinto.

Manuel Díaz ‘El Cordobés’, silencio y silencio.

Rivera Ordóñez, silencio y silencio.

El Fandi, saludos tras petición y silencio.

La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’.

En el segundo de su lote llegó a clavar cuatro pares de banderillas, destacando el segundo en el que amaga con ir por fuera y luego le cambia el terreno al toro y entra por dentro. El torero hizo gala de su fortaleza en este tercio y volvió a hacer vibrar al público. Este sexto toro no tuvo transmisión en la muleta y la faena no pudo mantener el tono de las banderillas. Después de pinchazo, estocada y descabello su labor fue silenciada.

Silencio hubo también para El Cordobés en sus dos toros. En el que abrió plaza comenzó de rodillas la faena de muleta, pero en cuanto plantó cara al toro se le rajó. El Cordobés intentó entonces encelarlo y hacerlo embestir en una labor que no tuvo eco en el tendido.

Con el cuarto, el toro más templado de los de Torrestrella, ligó hasta tres series por la derecha en las que se colocó demasiado cerca de su oponente, por lo que su labor resultó un tanto amontonada. Su labor fue nuevamente silenciada.

Rivera Ordóñez toreó con soltura de capa a su primero, sobresaliendo la media. El toro, con poca fuerza, embistió con todo en el comienzo de faena y después se derrumbó. A partir de ahí se fue desinflando y los intentos de Rivera fueron en vano. Mató con eficacia.

El quinto se movió más, pero con brusquedad y sin clase, lo que molestó a Rivera en una labor que no acabó de remontar vuelo. El público acabó poniéndose a favor del toro y pidió más del torero. Después de una estocada de nuevo escuchó el silencio de la plaza.

 

 

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