alt6º FESTEJO DE ABONO. Viernes 21 de abril de 2006. 

Enrique Ponce ha dado una gran tarde de toros en la Maestranza, sumando en total tres vueltas al ruedo por perder los trofeos con el mal manejo de los aceros. El torero de Chiva estuvo valiente ante un toro muy complicado al que consiguió meter en la muleta e inspirado en el quinto, al que realizó la faena más completa de la tarde. Morante y Perera se fueron de vacío, aunque el debutante extremeño también caldeó el ambiente en el último toro de la corrida.

 

CRÓNICA:

La tarde no comenzó con facilidades para Enrique Ponce, que se las vio con un primer toro de violenta embestida en los primeros compases de la faena de muleta. El animal ya había puesto en aprietos a los banderilleros en el segundo tercio con sus arreones. Ponce lo trató con firmeza desde el primer momento y eso fue clave para que el toro se entregara. Fue una faena de poder en la que Ponce expuso mucho hasta en la estocada. El toro tardó en caer y Ponce falló con el desacabello, lo que dejó el premio en una vuelta al ruedo.

Se lidiaron seis toros de Zalduendo -el cuarto fue un sobrero del mismo hierro-, bien presentados y de juego desigual. Destacó el quinto por su buen comportamiento.

Enrique Ponce, vuelta al ruedo tras aviso y dos vueltas al ruedo tras aviso.

Morante de la Puebla, silencio y bronca.

Miguel Ángel Perera, silencio y saludos tras aviso.

La plaza se llenó.

El cuarto fue un sobrero de Zalduendo que le propinó feas coladas en los primeros tercios. En una de ellas, Ponce resultó arrollado por el astado, afortunadamente sin consecuencias. Después de un tercio de banderillas brillante en el que Mariano de la Viña, Antonio Tejero y José María Tejero se desmonteraron, el toro rompió a embestir en la muleta de Ponce, que se acopló a él desde la primera serie. La faena fue creciendo en calidad por ambas manos hasta lograr que la plaza se pusiera en pie. Pero Ponce pinchó y el triunfo quedó limitado a dos vueltas al ruedo después de que el presidente negara la oreja que pedía el público.

Morante de la Puebla lo intentó con el primero de su lote, al que toreó bien a la verónica en el recibo y en un quite posterior. Pero al quinto se limitó a machetearlo y prepararlo rápidamente para la muerte, lo que enfadó al público.

El debutante Miguel Ángel Perera no tuvo materia prima demasiado apta en el primero de su lote, por lo que sus intentos no dieron fruto. En el sexto sí logró construir faena basandose en la quietud. El trasteo tuvo una fase final muy cerca de los pitones que caló en el tendido y que le habría conducido al triunfo de no tardar el toro en caer tras la estocada.

 

 

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