8º FESTEJO DE ABONO. Jueves 19 de abril de 2007.
El torero sevillano Manuel Jesús ‘El Cid’ ha dado una gran tarde de toros en la Maestranza y ha logrado abrir la Puerta del Príncipe tras cortar tres orejas a la corrida de Victorino. El saltereño ha conseguido cortarle las dos orejas al mejor toro de la corrida, el segundo, que fue premiado con la vuelta al ruedo. La faena al quinto también tuvo momentos de gran calidad sobre todo al natural a un toro al que entendió a la perfección, sabiendo sacarle lo bueno que llevaba dentro. Por lo demás, Pepín Liria se ha mostrado entregado con el un lote complicado, mientras que Salvador Cortés también se ha empleado en sus dos toros pero sin poder lograr el triunfo.
CRÓNICA:
Manuel Jesús ‘El Cid’ consiguió abrir la Puerta del Príncipe tras protagonizar una actuación completa en los dos toros de su lote, volviendo a demostrar que la de Victorino es una ganadería talismán para él en la Maestranza.
Se lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados y de juego variado. Al segundo, bravo y humillador, se le dio la vuelta al ruedo en el arrastre. El quinto rompió por el lado izquierdo.
Pepín Liria, aplausos y saludos.
Manuel Jesús ‘El Cid’, dos orejas y una oreja.
Salvador Cortés, saludos y silencio.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’.
El Cid comenzó por cuajar excelentes lances a la verónica al segundo de la tarde. En esos capotazos se vio la calidad del toro y se pudo comprobar también el estado de gracia del torero. El ‘victorino’ peleó con bravura en el caballo y en la muleta embistió con profundidad y siempre muy humillado. Estas buenas condiciones fueron perfectamente aprovechadas por El Cid en series por el lado derecho muy ligadas y reunidas con el toro. También cuajó excelentes series al natural, componiendo una faena de triunfo grande. Como mató de estocada el premio fue claro para él: dos orejas. El toro, de nombre Bordoñés, número 184, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Igualmente centrado e importante estuvo El Cid en el quinto de la tarde. Muy seguro, sobó a su oponente hasta sacar de él lo bueno que llevaba dentro. Así llegaron estupendas series de naturales que caldearon de nuevo el ambiente y crearon el clima necesario para que El Cid saboreara por cuarta vez en su carrera la gloria de la Puerta del Príncipe.
Pepín Liria no tuvo suerte con su lote, aunque a ninguno de sus dos toros le volvió la cara. Complicado, de embestida corta y con sentido, su primero se lo puso difícil y el murciano le plantó cara en una pelea vibrante que no tuvo premio. En el cuarto, se fue a portagayola y puso vibración en el toreo de capa. La faena de muleta se planteó como otra lucha con un toro difícil que terminó buscando al torero. Liria lo intentó en ambos toros dejando imagen de entrega y profesionalidad ante el público maestrante.
Salvador Cortés tuvo un primer toro que no se entregó en ningún momento. El de Mairena aplicó suavidad a las embestidas del ‘victorino’ y aguantó sus parones con valor. El torero insistió pero la faena no pudo adquirir la dimensión necesaria para el triunfo.
El sexto tuvo una embestida tobillera por el lado derecho y se dejó algo más por el lado izquierdo, por donde Salvador Cortés planteó la mayor parte de la faena. Tampoco este trasteo remontó vuelo pese a la insistencia del torero.
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