25º FESTEJO DE ABONO. Domingo 14 de junio de 2009.
El novillero cordobés Ignacio González ha resultado triunfador en la novillada celebrada esta tarde en la Real Maestranza al cortar una oreja del quinto astado después de una faena vibrante. Sus compañeros de cartel, Salvador Barberán y Luis Miguel Casares, se fueron de vacío.
CRÓNICA:
El novillero cordobés Ignacio González ha realizado lo más destacado en Sevilla, donde también sobresalió el juego de algunos novillos de El Torreón, que fueron ovacionados en el arrastre. González fue el único que cortó oreja, pero hubo más posibilidades de triunfo en la tarde.
Se lidiaron novillos de El Torreón de buen juego, ovacionados en el arrastre primero, segundo y quinto. El tercero resultó rajado y deslucido el sexto.
Salvador Barberán, silencio y silencio tras aviso.
Ignacio González, saludos tras aviso y oreja.
Casares, silencio y silencio.
Media entrada.
Saludaron en banderillas José Muñoz y Óscar Reyes.
Ignacio González ya puso mucho corazón en su actuación en el segundo de la tarde, un excelente novillo al que ligó buenas series en el que le desbordó la viveza del animal. Mato mal y escuchó aviso.
Ignacio González volvió a conectar con el público en el quinto por las ganas que puso. El novillo rompió en la muleta y el chaval se fue asentando conforme avanzaba la faena, mostrando mayor nivel que en su primero y pegándose un auténtico arrimón al final, que acabó por granjearle el respeto del público sevillano. Pinchó primero pero se entregó en el segundo intento, resultando prendido sin consecuencias. La gente pidió con fuerza la oreja, que la presidenta concedió.
Salvador Barberán tuvo un primer novillo algo tardo pero de gran calidad con el que no logró calentar al tendido. Ovación al novillo y silencio para el torero fue el balance de la Maestranza.
El cuarto novillo no humillaba y embestía defendiéndose.Tenía que torear el del Torreón, pero Barberán no se sintió cómodo ni se entendió nunca con su oponente. Silencio
Luis Miguel Casares estuvo muy firme y templado en su primero, un novillo rajado que no le ayudó nada. Apuro las embestidas y estuvo por encima de su oponente mostrando buen oficio.
El sexto salió manseando en los primeros tercios. En la muleta se quedó corto y no se empleó, corroborando que el peor lote de una buena novillada de Rincón había sido para Casares. El novillo tuvo peligro escondido pero el chaval no volvió la cara en una faena insistente.
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