24º FESTEJO DE ABONO. Jueves 15 de junio de 2006.
El diestro Jesuli de Torrecera destacó por su entrega en la corrida del Corpus, donde no hubo trofeos para los espadas actuantes. Jesuli fue ovacionado en sus dos toros y al sexto le hizo la faena más vibrante de la tarde, malograda con el mal uso de los aceros, lo que le llevó a escuchar dos avisos que borraron toda posibilidad de triunfo. Los sevillanos Antonio Punta y Luis Vilches no tuvieron mucha opción en sus lotes y se fueron de vacío.
CRÓNICA:
El primer toro de la tarde no se empleó en la muleta de Antonio Manuel Punta y no remató las embestidas, por lo que el torero, que se entonó algo más en la tercera serie por el lado derecho, no pudo conectar con el público. El segundo del lote del diestro de Gerena fue un sobrero también del Conde de la Maza de imponente presencia. Punta le dio algún capotazo suelto de buen trazo y con la muleta se enfrentó a una embestida siempre con la cara muy alta hasta que el toro manifestó su mansedumbre huyendo descaradamente del engaño.
Se lidiaron seis toros del Conde de la Maza -el cuarto fue un sobrero del mismo hierro-, bien presentados y de juego desigual, aunque no dieron muchas opciones a excepción del sexto que se dejó más.
Antonio Punta, saludos y silencio.
Luis Vilches, saludos y silencio.
Jesuli de Torrecera, saludos tras aviso y saludos tras dos avisos.
La plaza registró más de media entrada en tarde nublada.
Luis Vilches no tuvo material para mejorar la impresión dejada en la corrida de Cebada Gago en la pasada Feria de Abril. El de Utrera se las vio con un primer toro de embestida muy corta que se quedaba debajo y creaba problemas al torero. Vilches no perdió la compostura en ésta, pero no pudo lucir. El quinto fue otro manso que comenzó pegando tornillazos y acabó rajado en la muleta de Luis Vilches.
Jesuli de Torrecera se mostró muy dispuesto desde el primer momento. Se midió sin complejos al tercero de la tarde y logró sacar muletazos de un toro que no resultó fácil. Su actuación tuvo mérito en este primero de su lote, pero resultó más lograda la faena que le hizo al sexto, el astado que más se dejó de la corrida. El diestro jerezano, que comenzó toreando con garra a la verónica, logró meter al público en el trasteo de muleta e hizo sonar la música al torear al natural. Dos series por ese pitón fueron lo mejor de su actuación, que habría tenido mayor eco y resultado de no fallar el torero con los aceros. Tanto es así que sonaron dos avisos y a punto estuvo de caer el tercero.
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