20º FESTEJO DE ABONO. Domingo 10 de mayo de 2009.
El novillero de Albacete, Juan Luis Rodríguez, que ha cortado la única oreja de la tarde, ha sido el triunfador del festejo celebrado en la Maestranza de Sevilla en el que sus compañeros de cartel, Dámaso González y Ernesto Javier ‘Calita’ se fueron de vacío.
CRÓNICA:
El novillo de la presentación de Dámaso González ante la afición de Sevilla ya marcó lo que iba a ser la novillada de Villamarta. Salió suelto, aquerenciado, manseó en el caballo y esperó en banderillas. Con todo, Dámaso lo brindó al público pero se encontró con un novillo que llegó a la muleta violento y sin humillar. A base de garra, le sacó un par de series por cada pitón, aunque sin mayor calado. A su segundo lo recibió con una larga de rodillas en el tercio, pero el novillo, muy justo de fuerza, fue de vuelta a corrales. El sobrero, otro manso, humilló cuando le dio por embestir, pero duró un par de series sin permitir el lucimiento del torero.
Se lidiaron novillos de Villamarta, el cuarto sobrero. Bien presentados, mansos en líneas generales y de escaso juego. El 2º fue el único que llegó con posibilidades a la muleta.
Damaso González, silencio tras aviso y silencio.
José Luis Rodríguez, una oreja y saludos.
Ernesto Javier ‘Calita’, silencio y saludos.
La plaza registó media entrada, en tarde primaveral con rachas de viento que molestaron a los toreros.
El primer novillo de Juan Luis Rodríguez, bonito de hechuras, se rebrincó de salida aunque el torero dejó un par de notables verónicas por el pitón derecho. Fue este novillo otro animal manso y rajado, aunque Rodríguez supo dejarle en todo momento la muleta para conseguir que su faena tomara vuelo. El pinchazo previo a la estocada desprendida no fue óbice para que cortara el único trofeo de la tarde. Parecía que la historia se iba a repetir en el quinto, al que el albaceteño fijó con efectividad en el capote saliéndose a los medios y rematando con una gran media verónica. El novillo además tenía la virtud de hacerlo todo por abajo, pero en esta ocasión el manso rajado no dio ninguna opción de lucimiento.
El mexicano Ernesto Javier ‘Calita’ no tuvo más opción que pegarse un arrimón de los serios ante el que cerró plaza. Antes su primero, otro novillo que no quiso saber nada de las telas, sólo le permitió insistir en vano, puesto que el animal tampoco tenía trasmisión y no humilló nunca. Para colmo el sexto fue el manso con peligro que tuvo la tarde. Arreó con genio, desparramó y puso en serios aprietos al novillero mexicano que lo despachó de pinchazo y estocada.
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