alt2º FESTEJO DE ABONO. Miércoles 10 de abril de 2013.

El novillero Lama de Góngora ha hecho lo más sobresaliente de la tarde en la primera novillada de abono y ha rozado el triunfo, del que solo le apartó el mal manejo de los aceros. Lama demostró sus buenas cualidades en los dos novillos de su lote. Sus compañeros de cartel, Gonzalo Caballero y Sebastián Ritter, se fueron de vacío.

 

CRÓNICA:

Lama de Góngora ha vuelto a gustar en la maestranza con su toreo de buen gusto y reminiscencias sevillanas. Tanto es así que de no haber sido por el mal manejo de los aceros habría conseguido un triunfo en esta primera novillada de abono y primer festejo del ciclo continuado. Fue ovacionado en los dos de su lote, mientras que Gonzalo Caballero y Ritter también se fueron de vacío.

Se lidiaron cuatro novillos de Juan Pedro Domecq -el quinto como sobrero- y dos de Parladé, primero y sexto. De juego desigual limitado por la falta de fuerza.

Gonzalo Caballero, ovación y silencio.

Sebastián Ritter, silencio y silencio tras aviso.

Lama de Góngora, ovación y ovación tras aviso.

Media plaza en tarde nublada.

Gonzalo Caballero fue atendido en la enfermeria de: “Conmoción leve con policontusión en codo derecho y parrilla costal derecha. Exploración neurológica normal”. Pronóstico Leve, continúa la lidia”.

Destacó la cuadrilla de Lama de Góngora, de la que saludaron los tres banderilleros en el sexto: Antonio Osuna y Antonio Ronquillo en banderillas y Cándido Ruiz por su brega.

Gonzalo Caballero sufrió un sobresalto al ser volteado cuando toreaba de capa al primero de la tarde, por fortuna sin consecuencias. El novillo fue mal picado y llegó mermado a la muleta, por lo que no prestó emoción a lo que le hizo el torero. Caballero estuvo porfión e insistente, logrando los mejores muletazos al final de la faena. Cuando se adornaba con bernardinas fue volteado de forma espectacular, quedando momentáneamente conmocionado. Cuando ya lo llevaban a la enfermería se recuperó y volvió a la cara del novillo para rematar las bernardinas y matar de estocada. Fue ovacionado por el gesto.

Caballero salió de la enfermería para lidiar al cuarto. Se fue a la puerta de chiqueros e intentó recibir a su oponente por gaoneras, con el capote a la espalda, sin embargo no resultó lucido el saludo de capa. El novillo tuvo poca fuerza y no prestó emoción a los intentos de Caballero, que firmó los mejores momentos en el comienzo de faena, sin lograr que esta tomara vuelo. Mató de estocada y dos descabellos.

Sebastián Ritter desarrolló toda la faena al segundo de la tarde en los medios. Allí baso su toreo en la quietud y en dejarle la muleta puesta en la cara a su enemigo. Sus formas primero causaron sorpresa pero después cansaron al público por la reiteración e insistencia. Mató de estocada y fue silenciado. En este novillo, su picador Antonio Muñoz sufrió un espectacular percance, cayéndole el caballo encima, del que salio ileso.

En el quinto, sobrero que sustituyó al titular por partirse este un pitón, volvió a mostrarse verde y a practicar un toreo mecánico que no transmitió nada. Ante su insistencia el público llegó a pedirle que concluyera la faena. Pinchó reiteradamente y fallo también con el descabello, por lo que escuchó un aviso.

Lama de Gongora se fue a portagayola a recibir a su primero, un novillo que salió suelto y corretón, impidiendo la ligazón del recibo de capa. Aun así Lama estuvo variado y con recursos, siendo ovacionado. La faena de muleta la comenzó con suavidad y compostura, cuidando a un animal noble que tuvo poca fuerza. No podía bajarle la mano pero consiguió una serie diestra y otra al natural de gran belleza y mucho mérito que hicieron romper la faena. Con el novillo a menos, el novillero sevillano tap´o con buen gusto las carencias del animal y completó una labor de premio. Lo perdió con la espada, que manejó de forma deficiente. Fue ovacionado al finalizar su labor.

Lama demostró de nuevo su buena disposición al irse otra vez a la puerta de chiqueros en el sexto. Fueron vibrantes las tres largas cambiadas que dio y la pena es que el novillo se fue suelto e impidió la continuidad. Lo cuidaron en el caballo y saludaron en banderillas los tres banderilleros de su cuadrilla. Con la muleta comenzó bien en la primera serie a pesar de que el novillo le gustaba ir y se defendía. Poco a poco lo fue metiendo en la muleta e hizo sonar la música. También al natural lo aprovechó muy bien en una primera tanda y después se gustó en muletazos hacia las tablas de bella factura. Fue una faena con méritos para alcanzar de nuevo el triunfo, pero volvió a fallar con la espada.

 

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