7º FESTEJO DE ABONO. Miércoles 22 de abril de 2009.
El diestro colombiano Luís Bolívar ha sido el triunfador de la tarde en la Maestranza sevillana al cortarle una oreja al sexto después de una faena bien concebida al único toro que embistión de los de Peñajara. Antonio Barrera y Juan Bautista se fueron de vacío ante la escasa colaboración de sus oponentes.
CRÓNICA:
La tarde remontó vuelo en el último toro. Luis Bolívar aprovechó al único ejemplar de Peñajara que colaboró para construir una interesante faena que fue rematada con excelente estocada y premiada con una oreja. Fue el único trofeo de una corrida limitada por el escaso juego del ganado.
Se lidiaron seis toros de Peñajara, bien presentados y de escaso juego a excepción del sexto, que fue el mejor.
Antonio Barrera, silencio y silencio.
Juan Bautista, silencio y silencio.
Luis Bolívar, silencio y una oreja.
Media entrada.
Bolívar entendió muy bien al sexto, un toro de 597 kilos muy serio que se movió más que sus hermanos de camada. El colombiano le robó algunos lances en el recibo de capa y después se mostró muy asentado y decidido con la muleta. Ligó series de derechazos que crearon buen ambiente en los tendidos e hicieron sonar la música. Al natural su labor subió enteros, firmando un bonito final de faena con trincherazos y muletazos ayudados. Una estocada volcándose sobre el morrillo sirvió para amarrar el triunfo. Para Bolívar fue la única oreja de la corrida.
Ya en el primero de su lote estuvo bien con el capote y protagonizó un buen comienzo de faena, mostrándose muy resuelto y capaz. Sin embargo, a partir de la tercera serie de derechazos el toro se vino a menos y la faena también, por lo que no pudo haber triunfo.
Abrió plaza Antonio Barrera con un toro que ayudó poco, siempre con la cara y a la defensiva. En banderillas prendió de mala manera por la cintura al banderillero Paco Peña, suspendiéndolo de un pitón pero afortunadamente sin herirle. En la muleta desarrolló complicaciones y no dejó a Barrera construir faena.
El cuarto se paró en la brega y Barrera intentó hacerlo andar dejándole la muleta puesta por el lado derecho. El animal se tragó una serie y en la siguiente se paró. Los intentos de Barrera no dieron fruto.
El francés Juan Bautista firmó un buen recibo de capa a su primero, con verónicas y delantales templados. El toro fue medido en el castigo pero al iniciar la faena dio una voltereta que le dejó muy mermado. Bautista intentó cuidarlo y empujar sus embestidas, pero el animal no podía. La labor del torero fue silenciada.
El quinto fue protestado por flojo en los primeros tercios. Para la muleta quedó a la defensiva y embistió sin ritmo y de forma deslucida, impidiendo cualquier intento de hacer algo brillante por parte del torero.
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