alt4º FESTEJO DE ABONO. Miércoles 19 de abril de 2006. 

El torero de Utrera Luis Vilches hizo la faena más lograda de la tarde al sexto toro de Cebada Gago, pero malogró su labor con el mal uso de la espada. Los pinchazos que dio le alejaron de conseguir un triunfo en la recta final del festejo después de realizar la mejor faena de la tarde. Tampoco lograron trofeo Curro Díaz y Fernando Robleño, que pusieron decisión ante los toros que tuvieron delante. La corrida de Cebada Gago dio un juego desigual, con un sexto toro de embestida larga y vibrante.

 

CRÓNICA:

Lo mejor de la tarde se hizo esperar. Llegó en el último toro de manos de Luis Vilches en una faena que comenzó con muletazos de buen trazo, siguió con series diestras interesantes y rompió de forma definitiva cuando el utrerano se echó la muleta a la izquierda. Ahí llegaron los mejores naturales de la tarde en dos series que calaron en los tendidos. La faena había sido del gusto del público, que la habría premiado de haber acertado Vilches al primer intento con la espada. Hasta cinco pinchazos dio, que le alejaron del triunfo. Vilches en su primero ya había mostrado buena disposición ante un toro que no le permitió redondear la faena.

Se lidiaron seis toros de Cebada Gago, bien presentados y de juego desigual, destacando el sexto, que tuvo una vibrante embestida por el pitón izquierdo.

Curro Díaz, saludos y silencio.

Fernando Robleño, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Luis Vilches, saludos y saludos tras aviso.

La plaza registró más de media entrada.

No ayudó mucho el lote de Curro Díaz, pero el torero hizo lo posible por sacarle partido. Su primero fue manso y deslucido y Díaz estuvo muy correcto con él. El cuarto acusó siempre la querencia a tablas y pese a ello Curro Díaz le arrancó algunos muletazos estimables.

Fernando Robleño también enturbió con la espada los méritos que pudo contraer ante sus dos enemigos. Hizo un esfuerzo en el primero de su lote, un toro que se quedaba corto y no se entregaba. En el quinto estuvo valiente ante un toro con motor que tuvo el defecto de escarbar. A los dos los pinchó repetidamente, siendo la espada su punto débil en la tarde de ayer.

 

 

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