9º FESTEJO DE ABONO. Viernes 20 de abril de 2007.
José Mari Manzanares hijo ha realizado una gran faena al sexto de la tarde y ha cortado dos orejas, consiguiendo su mayor triunfo como matador de toros de Sevilla. La faena de Manzanares ha estado presidida por el empaque y el temple y ha hecho disfrutar a los aficionados de la Maestranza. También El Juli ha conseguido tocar pelo en el quinto. Una oreja ha cortado a ese toro después de pasar en blanco en el primero de su lote. Morante de la Puebla se ha ido de vacío.
CRÓNICA:
La Maestranza ha vibrado con el toreo de José Mari Manzanares, que ayer cuajó su mejor faena en Sevilla desde que es matador de toros. Manzanares ya toreó bien de capa al toro del triunfo, el sexto de la tarde. Pero fue en la faena de muleta donde consiguió entusiasmar a los aficionados. La faena constó de dos series diestras y dos al natural, pero cuajadas de muletazos de gran calidad por ambos pitones. Manzanares además mató muy bien al toro de estocada en todo lo alto y paseó dos orejas reclamadas con rotundidad por el público.
Se han lidiado seis toros de Zalduendo, de juego desigual. Primero, quinto y sexto fueron ovacionados en el arrastre. El mejor ha sido el sexto.
Morante de la Puebla, silencio tras aviso y silencio tras aviso.
El Juli, silencio y oreja.
José Mari Manzanares, silencio y dos orejas.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’.
En el primero de su lote no pudo hacer demasiado con un toro molesto que descomponía a base de cabezazos los intentos del torero por uno y otro pitón.
El Juli fue el otro triunfador de la tarde. El quinto fue otro de los toros destacados de la corrida de Zalduendo y el torero madrileño lo entendió bien en una faena que se desarrolló en su mayor parte en los medios. Juli consiguió series diestras de mano baja y también toreó largo al natural. Mató de estocada desprendida y el público le premió con una oreja.
Al igual que Manzanares, Juli no tuvo opción en el primero de su lote. Éste fue un toro soso en extremo que no prestó ninguna emoción al trasteo que le planteó el diestro madrileño.
Morante tuvo un primer toro con movilidad que alcanzaba en muchas ocasiones las telas del torero, sin que la faena pudiera tener la debida limpieza. Su labor fue silenciada después de oír un aviso.
El públicó se impacientó con el de La Puebla en el cuarto de la tarde en medio de una faena que no acabó de remontar vuelo. También escuchó un aviso y su labor fue silenciada.
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