18º FESTEJO DE ABONO. Domingo 29 de abril de 2007.
Los rejoneadores Martín Burgos y Andy Cartagena fueron los triunfadores en el festejo matinal de rejones, en el que cortaron una oreja cada uno, aunque hubo más actuaciones destacadas que se malograron con los aceros.
CRÓNICA:
Antonio Domecq colocó dos rejones de castigo al primero de la tarde, un toro que embistió con buen son. Su actuación creció en intensidad en banderillas montando al caballo Quito, con el que clavó dos pares a dos manos que fueron muy aplaudidos. Pudo haber tocado pelo, pero el rejón provocó vómito y el presidente creyó oportuno dejar sin trofeos su actuación.
Se lidiaron toros de Murube, bien presentados y de buen juego en conjunto.
Antonio Domecq, vuelta al ruedo tras petición.
Rui Fernandes, silencio.
Martín Burgos, oreja.
Andy Cartagena, oreja con petición de otra.
Sergio Galán, silencio tras leve petición de oreja.
Leonardo Hernández hijo, saludos.
La plaza se llenó.
El portugués Rui Fernandes sólo puso un rejón de castigo al segundo de la tarde, un toro que quedó algo rajado para banderillas. Sin embargo Rui lo aprovechó bien montando a Ozono, un caballo con el que citó muy en corto, poniendo vibración al tercio de banderillas. El público lo agradeció, pero el rejoneador perdió opción al triunfo al descordar al toro en el primer rejón de muerte.
Martín Burgos cuajó una vibrante y espectacular vibración en el tercero de la mañana. Colocó dos rejones de castigo al toro de Murube y sobresalió en el tercio de banderillas montando a Alí, con el que practicó un espectacular quiebro para luego clavar en la suerte del violín. Tres cortas más al violín terminaron de calentar el ambiente y de poner en manos de este joven rejoneador la primera oreja de la matinal.
El cuarto toro permitió a Andy Cartagena andar muy templado durante toda su actuación. Ya de salida lo cuidó con un solo rejón de castigo y atemperó la embestida en galopadas a dos pistas montando a Magno. Llevó al toro prendido en el caballo a escasos centímetros, pisando un terreno muy difícil, lo que dio importancia a su toreo. Luego clavó dos pares al quiebro y al violín que fueron muy aplaudidos y colocó cortas al violín. Se le pidieron dos orejas que el presidente dejó en una.
Sergio Galán arriesgó mucho durante su faena al quinto toro. Sobresalió en las banderillas al quiebro sobre Montoliú, con el que sufrió algún que otro acosón debido a lo mucho que se dejaba llegar a su enemigo. Mantuvo su entrega hasta el final y pese a resultar tropezado alguna vez mantuvo al alza el interés de su actuación. Hubo una leve petición de oreja antes de ser silenciada la labor del rejoneador.
Leonardo Hernández hijo cerró este festejo matinal y templó muy bien de salida sobre el caballo Espartaco. Colocó un solo rejón de castigo. En banderillas su labor resultó vibrante, adornándose con piruetas después de clavar tres pares con mucha verdad. El toro fue el de más transmisión y la faena fue a más, con un tercer par de poder a poder. Terminó con cortas al violín que llegaron mucho al público. Pinchó en el primer intento pero luego enterró el rejón de muerte, aunque necesitó del descabello, lo que anuló la posibilidad de trofeo.
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