11º FESTEJO DE ABONO. Domingo 26 de abril de 2009.
Morante de la Puebla ha cortado una oreja al quinto de la tarde después de una faena que ha sido seguida con gran emoción desde los tendidos de la Maestranza sevillana. El torero de La Puebla ha estado decidido con un toro de Jandilla al que ha dado muletazos muy artísticos. Finito de Córdoba y Sebastián Castella se fueron de vacío con lotes menos colaboradores.
CRÓNICA:
El toreo de Morante de la Puebla ha conquistado al público de la Maestranza, que ha premiado con una oreja la faena del diestro de La Puebla al quinto toro de la tarde, uno de los ‘jandillas’ que colaboraron dentro de una corrida con poco fondo.
Se lidiaron seis toros de Jandilla, bien presentados y de juego desigual. Se dejaron más segundo y quinto, aunque todos se vinieron a menos. Tuvo movilidad sin entrega el cuarto.
Finito de Córdoba, silencio y leves pitos.
Morante de la Puebla, saludos y oreja.
Sebastián Castella, silencio y palmas.
La plaza se llenó.
Morante didujó un par de lances de calidad en el toro del triunfo y además firmó un bonito quite por chicuelinas rematado con media. Siguió un bonito comienzo de faena con muletazos por alto rematados con un kikirikí. Las dos primeras series de derechazos fueron muy logradas, con muletazos bien rematados y templados. En la segunda de ellas tragó mucho en el pase de pecho, que el toro no quería tomar y él le obligó.
También al natural brilló el toreo de Morante pese a que al toro le costaba más por ahí. De este modo completó una faena muy del gusto de Sevilla, completada con adornos de gran pinturería. Más de media estocada en buen sitio y efectiva fue suficiente para que la plaza pidiera con fuerza la oreja.
En el primero de su lote, Morante ya había estado dispuesto con un toro que se quedaba corto. A base de provocarle consiguió ligar varias series por la derecha, creando buen ambiente en los tendidos. La decisión y firmeza del torero fue premiada con una ovación.
Finito de Córdoba abrió plaza con un toro que no le dio ninguna opción de lucimiento. Ya en la brega el animal no quiso salir de tablas y tampoco en la faena de muleta, donde no pasó ni una vez. En vista de esta negativa a embestir, Finito se fue a por la espada y abrevió.
En el segundo de su lote sí tuvo más colaboración. El de Jandilla tenía movilidad, aunque nunca se entregaba, yendo siempre con la cara a media altura. Finito ligó series de muletazos por los dos pitones, pero sin llegar a conectar con el tendido, que incluso protestó su actuación.
El tercero de la tarde se derrumbó cuando Castella le planteaba la segunda serie de muletazos, teniendo que ser apuntillado por ser incapaz de levantarse. Fue una pena, porque el diestro francés había comenzado en muy buen tono la faena con doblones de buen trazo y una primera serie templada. También brilló en un ajustado quite por chicuelinas.
Sebastián Castella rindó al público la faena al sexto y comenzó muy bien por estatuarios rematados con trincherazos que calentaron al público. La pena fue que el de Jandilla, al que le faltó siempre recorrido, se quiso ir ya en la primera serie. Castelle intentó cortar la huida del animal a base de dejar la muleta puesta en la cara, pero al final el toro acabó en tablas. Con todo, Castella estuvo muy por encima de su oponente.
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