alt11º FESTEJO DE ABONO. Domingo 6 de abril de 2008. 

Los diestros sevillanos Morante de la Puebla y Salvador Cortés recibieron sendas ovaciones en la corrida del domingo de preferia, festejo que transcurrió sin trofeos para los espadas. Morante de la Puebla hizo una faena llena de detalles de buen gusto al primero de su lote, pero pinchó y su labor quedó sin premio. Finito de Córdoba y Salvador Cortés quedaron sin premio debido fundamentalmente a la escasa colaboración de sus lotes.

 

CRÓNICA:

El primero de la tarde fue protestado por flojo y el presidente lo devolvió a corrales. En su lugar salió un sobrero que se frenó en el capote y que ya en la muleta quedó sin transmisión. Finito intentó empujarlo hacia delante y sacar partido, pero no fue posible. Pinchó reiteradamente y su labor fue silenciada.

Se lidiaron seis toros de Parladé -el primero como sobrero-, desiguales de comportamiento aunque en su mayoría se vinieron a menos. El que más se prestó fue el segundo.

Finito de Córdoba, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Morante de la Puebla, saludos tras dos avisos y palmas.

Salvador Cortés, saludos y silencio.

La plaza se llenó.

Finito estuvo animoso con el capote en el segundo de su lote, dejando algunos lances estimables y una buena media. Este toro aguantó un poco más en la muleta y permitió al cordobés dejar algunos derechazos entonados en las tres series que dio, justo antes de que el toro se viniera abajo e impidiera mayor lucimiento.

Morante de la Puebla hizo al segundo la faena más interesante de la tarde. El toro se había mostrado algo violento en el capote, pero en la muleta fue el que más se dejó, de modo que permitió al de la Puebla dejar pasajes de calidad y buen trazo en una faena que fue contemplada con agrado por el público de la Maestranza. De haber matado a la primera puede que hubiera tocado pelo, pero no fue así: Morante pinchó y llegaron a sonar dos avisos antes de la ovación que el público le dedicó.

En el quinto no pudo hacer nada. Morante quiso torear con el capote a este toro, un animal flojo que fue protestado y que llegó a la muleta parado, sin que el diestro sevillano pudiera sacar nada en claro.

Salvador Cortés tuvo un primer toro al que cuidó en el caballo y pese a ello sólo duró un par de tandas, viniéndose abajo a la tercera. Este ejemplar de Parladé deslució la labor del torero pese a estar éste con ganas de agradar.

El sexto protestaba mucho en su embestida, mostrándose sin clase y desluciendo también el esfuerzo que hizo Cortés por no irse de vacío en su primera tarde en la feria.

 

 

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