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8º FESTEJO DE ABONO. Jueves 15 de abril de 2010. 

La corrida de Victorino lidiada esta tarde en Sevilla no ha dado facilidades y su escaso juego ha condicionado de forma negativa el desarrollo del festejo, en el que ninguno de los espadas consiguió el objetivo del triunfo.

CRÓNICA:

Humilló en el capote el primero de la tarde, aunque estaba un poco justo de fuerza. Ferrera se mostró ceremonioso en banderillas y resultó cogido cuando se metió por los adentros en el tercer par, por fortuna sin consecuencias. El de Victorino llegó sin gas a la muleta y se paró muy pronto. Lo poco que embistió lo hizo con nobleza y humillado, pero no tenía fondo. Lo mató de dos pinchazos y varios descabellos. Silencio.

Se lidiaron toros de Victorino Martín, de escaso juego por bajos de raza y algunos complicados.

Antonio Ferrera, silencio y leves palmas.

Manuel Jesús ‘El Cid’, silencio y silencio.

César Jiménez, palmas tras aviso y silencio.

La plaza casi se llenó.

Se guardó un minuto de silencio por el banderillero Lorenzo Saugar ‘Pirri’, fallecido a los 76 años.

Muy complicado de salida resultó el segundo, un toro cornipaso de espectacular presencia. El toro se rompió bastante en un primer puyazo largo y llegó a la muleta quedándose corto por los dos pitones y muy orientado. Era un toro peligroso, sin un solo muletazo y El Cid abrevió. Mató de media atravesada y dos descabellos.

Tampoco dio opción el tercero en el capote. César Jiménez lo sacó a los medios, pero en ese terreno molestaba el viento. El ‘victorino’ miraba, pero luego respondia al toque. César le plantó cara y ligó una serie muy meritoria que hizo sonar la música. En la siguiente el toro se desinfló y la faena se vino abajo. Jiménez estuvo por encima de su oponente. Estocada casi entera tendida. Silencio tras aviso

Mejoró Ferrera en el tercio de banderillas del cuarto, sobre todo en el tercer par que puso al quiebro, que fue muy ovacionado. La faena la comenzó con la mano izquierda, pero se encontró con una embestida muy corta. El torero intentó alargarla a base de sobar al toro y logró ligar una serie por la derecha entonada. Su labor tuvo mérito. Mató de pinchazo hondo y descabello. Silencio

El Cid intentó estirarse a la verónica en el quinto, pero el toro no se rebosaba. Fue protestado por el público y lo devolvieron a corrales. En su lugar salió un animal que fue protestado por flojo y por su presencia. Por ambas razones el público no hizo caso a la labor de El Cid, que intentó sacar partido de un toro a menos. Pinchó y su labor fue silenciada.

Cesar Jiménez cerró la tarde con un toro que tampoco dio facilidades. Muy mirón, el de Victorino se reservó siempre y pronto se apreció que no tenía ni un muletazo. Jiménez no tuvo más remedio que abreviar.

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