9º FESTEJO DE ABONO. Lunes 24 de abril de 2006.
Una terna interesante de toreros de calidad no logró dar ni una vuelta al ruedo en la corrida de Torrestrella. Finito de Córdoba escuchó silencio en su primero y fue pitado en el cuarto. Morante también escuchó pitos en su primero y leves palmas en el segundo de su lote, mientras que el malagueño Salvador Vega fue quien saludó dese el tercio la única ovación de la tarde. Destacaron los recibos de capa protagonizados por el propio Salvador Vega en su primero y por Morante en el quinto.
CRÓNICA:
Finito de Córdoba tuvo un primer toro noble aunque soso en su embestida y le planteó una faena llevándoselo a los medios en la que el diestro cordobés no logró conectar con el tendido por la propia falta de transmisión del animal. Finito estuvo voluntarioso y correcto en ese primero de su lote.
Se lidiaron seis toros de Torrestrella, bien presentados aunque con desigualdades y de juego desigual.
Finito de Córdoba, silencio y pitos.
Morante de la Puebla, pitos y leves palmas.
Salvador Vega, ovación con saludos y silencio tras aviso.
La plaza se llenó.
En el cuarto el público acabó recriminándole que no sacara más partido del toro, sobre todo por el pitón izquierdo, lado por el que el animal se desplazaba con más recorrido y desahogo. Finito cortó la faena y se fue a por la espada y el respetable acabó por pitarle.
Morante de la Puebla tampoco salió bien parado en el primero de su lote. Este toro brusco no gustó al de la Puebla y abrevió en la faena de muleta para enfado general del personal.
En el quinto, Morante estuvo bien con el capote, dibujando verónicas que congraciaron al público maestrante con el torero. La pena es que el toro no le aguantó después de un entonado comienzo de faena y una primera serie de derechazos esperanzadora. El de La Puebla no pudo saldar con triunfo su tercer y último paso por la Feria.
Salvador Vega también brilló con el capote en el recibo al primero de su lote. Las verónicas fueron mandonas y vibrantes, pero en la muleta el de Torrestrella acusó sus 616 kilos y se vino abajo pese a que el torero lo intentaba dosificar con inteligencia.
El sexto tuvo movilidad y Vega intentó el lucimiento en una faena que tuvo momentos destacables pero que no acabó de redondearse, poniendo punto
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