16º FESTEJO DE ABONO. Viernes 23 de abril de 2010.
El mano a mano librado esta tarde entre los diestros Miguel Ángel Perera y Daniel Luque no ha registrado triunfos por parte de ninguno de los toreros. Hubo momentos destacados por parte de uno y otro, pero sin poder concretarse en corte de orejas.
CRÓNICA:
Ni Miguel Ángel Perera ni Daniel Luque consiguieron puntuar en el mano a mano que libraron esta tarde en la plaza de Sevilla. Perera fue quien estuvo más cerca del triunfo, sobre todo en la faena al tercero, pero la espada le privó de tocar pelo. Por su parte, a Daniel Luque se le puso la tarde cuesta arriba y no fue ovacionado en ninguno de sus tres toros.
Se lidiaron toros de Fuente Ymbro, el quinto sobrero, bien presentados y de juego desigual. Destacaron tercero y quinto, ambos ovacionados en el arrastre.
Miguel Ángel Perera, silencio, aplausos y silencio.
Daniel Luque, silencio, silencio y silencio.
La plaza se llenó.
El primero de la tarde fue cuidado en el caballo por estar justo de fuerza. Daniel Luque le hizo un quite en el que destacó la media de remate. Miguel Ángel Perera se lo pasó muy cerca en los muletazos por alto con los que inició la faena. La falta de fuerza del toro condicionó la faena: por arriba se defendía y por abajo se caía. Perera lo templó y ligó una serie buena. Luego siguió intentándolo sin tanto éxito hasta que el toro se rajó. Mató de media trasera y su labor fue silenciada.
Daniel Luque dio buenos lances en el recibo al segundo y se lució también en un ceñido quite por chicuelinas. Perera aprovechó su turno para hacer un quite por tafalleras rematado con una buena revolera. Luque comenzó la faena con muletazos por alto sin moverse y ligo un par de series, una por cada pitón, antes de que el toro se rajara. El torero insistió sin poder lucirse y el público llegó a impacientarse. Mató de pinchazo y estocada. Silencio.
Perera comenzo la faena al tercero con dos pases cambiados muy ajustados. En la primera serie ya tenía al toro en la muleta y al público ganado. Sonó la música y siguieron series ligadas con algún que otro tropiezo que no desmereció el conjunto. La faena fue de más a menos. Mató de pinchazo y estocada y lo que podía haber sido la primera oreja de la tarde quedó en palmas.
El cuarto toro fue muy protestado por flojo. En la muleta se orientó muy pronto, colándose de forma descarada por el pitón derecho. Pero el principal problema no fue ese sino su sosería, que pareció contagiar Daniel Luque, de modo que la faena no tomó vuelo. Mato de media y dos descabellos.
El quinto se lastimó una mano y fue devuelto. El sobrero se desplazó en el capote y Perera lo toreó con soltura. Hizo un quite ceñido por gaoneras. El toro se arrancó de lejos a la muleta y el diestro extremeño tuvo problemas para acoplarse por el derecho. Tuvo que torear el sobrero, pero repetía y permitía ligar. Perera lo hizo pero sin lograr calentar, de ahí que el público se impacientara con él.
Daniel Luque hizo el mejor toreo de capa de la tarde al sexto. Brindó a su padre pero se encontró con un toro que no iba a ayudarle. El animal, muy flojo, se echó después de la primera serie. Luque lo cuidó y lo llevó con suavidad, logrando que no se cayera, pero sin poder transmitir. La gente volvió a impacientarse, de modo que la tarde terminó con mal sabor de boca y sin triunfos.
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