alt18º FESTEJO DE ABONO. Domingo 7 de mayo de 2006. 

El debutante Oliva Soto fue el único que consiguió tocar pelo en la novillada que suponía el regreso de Cayetano a la Maestranza y el debut también de Julio Benítez ‘El Cordobés’. El novillero de Camas cortó una oreja al sexto después de realizar una faena que fue muy del agrado del público en la que dejó ver su excelente corte de torero. Cayetano perdió un triunfo por culpa de la espada en el primero de su lote, mientras que Julio Benítez se fue de vacío en su presentación maestrante.

 

CRÓNICA:

Julio Benítez, hijo del mítico Cordobés, tuvo problemas de conexión con el público en su debut maestrante. En los dos novillos de su lote se preocupó de ligar los pases sobre la base de la quietud, pero sin lograr que su toreo llegara a calar en los tendidos ante un primer novillo noble y un segundo de su lote mansito que rompió en la muleta. El respetable silenció sus dos actuaciones como veredicto final para el debutante.

Se lidiaron seis novillos de Torrealta, bien presentados, bonitos y que dieron buen juego en líneas generales, a excepción del quinto, más parado.

Julio Benítez ‘El Cordobés’, silencio y silencio tras aviso.

Cayetano, ovación con saludos y ovación con saludos.

Oliva Soto, saludos tras aviso y una oreja.

La plaza registró tres cuartos de entrada.

A Cayetano ya se le había visto el lunes y la impresión fue buena. Ayer volvió a gustar a la afición de Sevilla, que siguió con mucho interés su faena al segundo novillo de la tarde. Este buen astado de Torrealta permitió a Cayetano desarrollar un trasteo que hubiera tenido premio de no asomar la espada por el costado del novillo en la estocada que cobró al primer intento. Cayetano no pudo sacarse la espina en el segundo de su lote porque el novillo se paró muy pronto pese a los intentos constantes del torero por sacarle partido. Fue ovacionado en ambos.

Oliva Soto era el otro debutante de la tarde y ya en su primero dejó muestras de su buen concepto torero. Lo hizo cuando a base de dejar la muleta puesta en la cara del de Torrealta consiguió que el manso rompiera a embestir. El buen trazo de su toreo gustó en ese astado, al que pinchó en reiteradas ocasiones, pero más tono y redondez tuvo la faena que le hizo al sexto. Este astado tuvo la fuerza justa pero gran nobleza, lo que permitió a Oliva Soto ligar los pases y dejar derechazos y naturales de calidad. Esta vez la espada entró y el torero de Camas cortó la única oreja de la tarde.

 

 

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