alt12º FESTEJO DE ABONO. Jueves 27 de abril de 2006. 

Aunque no hubo trofeos, la corrida tuvo momentos interesantes protagonizados por los dos diestros debutantes, Eduardo Gallo y El Capea, en los toros segundo y tercero, y por Dávila Miura en el comienzo de la faena al cuarto. Los tres fueron sacados al tercio por las ovaciones del público de la Maestranza en la cita del jueves de farolillos.

 

CRÓNICA:

Digno debut tuvieron tanto Eduardo Gallo como El Capea en Sevilla. Ambos toreros dejaron buena impresión en los primeros toros de sus lotes y fueron ovacionados por el público de la Maestranza, igual que Dávila Miura en el cuarto de la tarde.

Se lidiaron seis toros de Alcurrucén, bien presentados y de bonitas hechuras, y juego variado. Tercero y cuarto colaboraron más.

Dávila Miura, silencio y ovación.

Eduardo Gallo, saludos y silencio.

Pedro Gutiérrez ‘El Capea’, saludos y silencio.

La plaza casi se llenó en tarde soleada y calurosa.

El torero sevillano de este cartel se estrelló contra la corta embestida del toro que abrió plaza. Pese a que intentó tirar del animal, Dávila Miura comprendió muy pronto que el esfuerzo iba a dar poco fruto y se fue a por la espada para matar de buena estocada de efecto fulminante.

Al cuarto, toro que se desplazó más en el comienzo de faena, lo toreó con muletazos largos y ligados que luego se fueron espaciando más porque el toro se paraba por completo. La voluntad de Dávila y otra buena estocada fueron premiadas con una ovación.

Eduardo Gallo se mostró muy dispuesto en el primero de su lote. Con ganas de agradar, intentó sacar partido las descompuestas embestidas del toro y al final practicó un toreo de cercanía demostrando su valor. Mató de estocada y saludó desde el tercio. Al quinto poco le pudo hacer por tratarse de un animal con complicaciones al que también mató de estocada.

El Capea tuvo un primer toro que manseó en los primeros tercios pero que luego se dejó en la muleta. El salmantino ligó templados muletazos en las series por la derecha y al toro le faltó continuidad por la izquierda. Con todo, la impresión del torero debutante fue buena, sólo manchada por el fallo con la espada.

El sexto fue el toro más complicado de la corrida y el torero se tuvo que conformar con machetearlo y prepararlo para la muerte.

 

 

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