alt20º FESTEJO DE ABONO. Martes 1 de mayo de 2007. 

El novillero Pérez Mota fue el único que saludó desde el tercio después de su actuación ante una novillada de Guadaíra en la que varios ejemplares fueron ovacionados en el arrastre. Por su parte, el novillero de Écija Manuel El Raya terminó la tarde arrancándose la castañeta y tirándola al ruedo, con visible decepción de que no le salieran las cosas en esta cita con la afición de la Maestranza en esta segunda novillada de abono.

 

CRÓNICA:

Antonio Nazaré ganó terreno en el recibo de capa a su primero y cerró con buena media. Brindó al público su faena y ligó una primera serie de muletazos estimable. Ya en la segunda el novillo empezó a vencerse y meterse por dentro con brusquedad, lo que dificultó la labor del muchacho de Dos Hermanas, que no pudo rematar faena pese a intentarlo.

Se lidiaron novillos de Guadaira, bien presentados, encastados y de juego variado. Fueron ovacionados en el arrastre segundo y quinto, y aplaudido el cuarto.

Antonio Nazaré, silencio y silencio tras aviso.

Pérez Mota, saludos y saludos tras aviso.

Miguel El Raya, silencio tras dos avisos y saludos.

La plaza registró dos tercios de entrada en tarde soleada con rachas de viento.

Saludaron en banderillas Javier Andana, José Salina y Juan Reyes.

En el segundo de su lote, Nazaré consiguió mejores momentos en el inicio de la faena, atemperando la violentita embestida del novillo. A partir de la tercera serie hubo más tropiezos en su labor, aunque al final del trasteo también consiguió alguna serie estimable bajando mucho la mano para someter a su oponente. Cerró con manoletinas antes de que su labor fuera silenciada después de fallar con los aceros y escuchar un aviso.

El segundo de la tarde fue devuelto por la presidenta del festejo y en su lugar salió un sobrero que tuvo la virtud de humillar. Pérez Mota lo aprovechó con oficio en las primeras series, en las que ligó muletazos de buena factura. Pero la faena bajó cuando el novillero toreó por el lado izquierdo, pitón por el que el de Guadaira se quedaba más corto.

En el segundo de su lote, Pérez Mota se encontró ante un novillo que salió suelto del caballo en el segundo puyazo pero que luego se centró en la muleta aunque en principió embistió con brusquedad. El novillero de El Bosque le hizo una faena intermitente con mejores momentos al final, lo que hizo que algunos espectadores tomaran partido por el novillo, al que ovacionaron con más fuerza que al novillero.

Miguel El Raya era el debutante de la tarde y puso mucho corazón en sus dos novillos, pero denotando lagunas en su oficio. Al primero lo recibió con un farol de rodillas y verónicas un tanto movidas. También la faena de muleta la empezó de rodillas e intentó el toreo por ambos pitones sin lograr que la faena adquiriera el cuerpo necesario. Se demoró con los aceros y escuchó dos avisos.

En el sexto fue molestado por el viento y el ímpetu del novillo en su embestida, de modo que tampoco pudo construir nada destacable pese a su insistencia y sus ganas. Cuando mató al novillo se arrancó la castañeta y la arrojó al ruedo visiblemente contrariado y sumido en un prolongado llanto.

 

 

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