27º FESTEJO DE ABONO. Domingo 15 de junio de 2008.
El novillero francés Román Pérez fue el más destacado de la última novillada de abono, en la que resultó triunfador al cortar una oreja de su primer novillo. En el sexto no pudo redondear el triunfo aunque también demostró entrega. Sus compañeros de cartel, Pérez Valcarce y Mario Aguilar, se fueron de vacío con lotes pocos aptos para el lucimiento.
CRÓNICA:
El novillero Román Pérez ha conseguido la única oreja en la última novillada de abono. El chaval de Arles demostró buenas maneras en el tercer novillo, al que cortó la oreja, y demostró también ganas de triunfo en el sexto.
Se lidiaron novillos de Bucaré, bien presentados y desiguales en su comportamiento. Destacó el lidiado en tercer lugar.
Pérez Valcarcel, ovación y silencio.
Mario Aguilar, ovación y silencio.
Román Pérez, oreja y palmas de despedida.
La plaza registró media entrada.
Román Pérez ya estuvo entonado con el capote en el primero de su lote, tercero de la tarde, que fue el novillo más colaborador de los de Bucaré. Después de unas series iniciales y limpias por la derecha, la faena tomó vuelo en el toreo al natural, llegando a sonar la música después de la segunda serie por ese pitón. Una tercera serie de naturales, una más por la derecha y bonitos adornos finales hicieron que el novillero de Arles consiguiera cortar oreja después de una estocada final.
En el sexto, Román Pérez lo intentó todo ante un animal que no se entregaba. La faena fue larga y Pérez demostró gran empeño en redondear el triunfo, aunque en esta ocasión no tuvo la colaboración de un novillo que no humillaba ni transmitía. Él le buscó las vueltas en una labor constante y se tiró a matar con fe. Lástima que necesitara del descabello para rematar su labor.
Desde Los Palacios llegaba Pérez Valcarce, que se encontró con un primer novillo parado que cuando se movía lo hacía sin ninguna transmisión, con mucha soseríe. El novillero lo intentó pero no pudo lograr nada brillante en su labor. Sus buenas intenciones fueron premiadas con la ovación del público.
El cuarto no cambio mucho la decoración. El de Bucaré tuvo muy poca fuera y resultó manso, por lo que no prestó la colaboración necesaria para que Valcarce se fuera con buen sabor de boca de la Maestranza. Su labor fue silenciada.
Repetía el mexicano Mario Aguilar después de la buena impresión dejada el domingo anterior y en su primero volvió a dejar constancia de sus buenos modos toreros. Aunque el novillo fue siempre a menos, el de Aguascalientes dejó buenos muletazos sueltos y hasta sufrió una voltereta en su empeño por sacar partido. Fue ovacionado.
El quinto no pasaba por ningún pitón, resultando ser el novillo más complicado de la tarde. No tuvo material, por tanto, el mexicano, que aunque se mostró valiente e insistente, no pudo sacar nada en claro. Después de pinchar, su labor fue silenciada.
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