Plaza de Toros de la Maestranza – Empresa Pagés

Sebastián Castella corta una oreja en el cierre de San Miguel

alt28º FESTEJO DE ABONO. Domingo 24 de septiembre de 2006.  

El torero francés Sebastián Castella ha hecho lo más destacado en la segunda y última corrida de la Feria de San Miguel, consiguiendo cortar la única oreja de la tarde a un sobrero de Zalduendo que salió en quinto lugar. La actuación de Castella tanto en este toro como en su manso primero le ha valido para ganarse el respeto de la afición de Sevilla. Rivera Ordóñez no pudo brillar ante toros con pocas opciones de triunfo y lo mismo ocurrió con César Jiménez. Ambos se fueron de vacío.

 

CRÓNICA:

El buen momento de Sebastián Castella se notó en la Maestranza y el diestro francés fue el único que tocó pelo en esta última corrida de San Miguel en la que el lucimiento de los espadas estuvo limitado por el escaso juego del ganado de Hnos. García Jiménez.

Se lidiaron cinco toros de Hnos. García Jiménez y un sobrero de Zalduendo, que fue el que más se dejó aunque terminó rajado. Los titulares dieron pocas opciones.

Francisco Rivera Ordóñez, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Sebastián Castella, saludos y oreja.

César Jiménez, silencio y silencio.

La plaza casi se llenó.

Castella toreó muy templado a la verónica al primero de su lote, un toro manso que buscó chiqueros en su constante huida. El diestro francés no se desanimó y en ese terreno, muy pegado a las tablas, plantó cara a su oponente con firmeza y logró sacarle muletazos a un toro aparentemente imposible. El público de la Maestranza agradeció el esfuerzo y le ovacionó con fuerza.

El triunfo de Sebastián Castella llegaría en el quinto, después de que el toro titular fuera devuelto a corrales y sustituído por un sobrero de Zalduendo. Este sobrero duró lo suficiente para que Castella protagonizara un vibrante comienzo de faena con dos pases cambiados por la espalda. El público respondió y las dos series que siguieron fueron buenas. Pero el toro pronto buscó el amparo de las tablas y se negó a seguir embistiendo. Como el francés mató con eficacia, el público pidió la oreja.

Rivera Ordóñez tuvo un mal lote de toros. El que abrió plaza, al que se fue a recibir a portagayola, tuvo poca fuerza y desarrolló complicaciones en la faena de muleta. Mientras que el cuarto no paró de huir de la pelea que le planteaba el torero, que no pudo hacer otra cosa que perseguirlo por toda la plaza e intentar sacarle algún partido pegado a tablas.

César Jiménez hizo una faena larga e insistente al tercero de la tarde, sin lograr el suficiente eco en los tendidos por la sosa condición de su oponente. En el sexto no pudo mejorar, aunque otra vez mostró buena disposición. La mala clase del toro dio al traste con todo intento por cerrar con brillantez la tarde por parte del torero.

 

 

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