alt22º FESTEJO DE ABONO. Domingo 13 de mayo de 2007. 

Una deslucida novillada con el hierro de Bucaré ha imposibilitado el triunfo de la terna en el festejo celebrado esta tarde en la Real Maestranza, donde los espadas Emilio de Justo, Sergio Serrano y Eugenio Pérez se han ido finalmente de vacío.

 

CRÓNICA:

Emilio de Justo tuvo compostura en el recibo de capa al novillo que abrió plaza, pero hasta ahí, porque tras el tercio de varas el de Bucaré quedó más apagadito y sólo dio para un quite por gaoneras de Sergio Serrano. El animal esperó y echó la cara arriba en banderillas y llegó a la muleta soso, corto de embestida y queriéndose rajar. Al cuarto le faltó entrega ya de salida, aunque llegó con algo más de movilidad a la muleta, lo que aprovechó De Justo en el inicio del trasteo.

Se han lidiado seis novillos de Bucaré, bien presentados y de escaso juego, llegando muy parados a la muleta.

Emilio de Justo, ovación con saludos y silencio tras dos avisos.

Sergio Serrano, ovación con saludos y leves palmas.

Eugenio Pérez, silencio y palmas de despedida.

La plaza registró más de media entrada en tarde agradable, aunque con rachas de viento que molestarona los toreros. Al final del paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero José Luis Buendía, recientemente fallecido.

El debutante Sergio Serrano hizo lo más destacado de la tarde al recibir a la verónica al segundo, derrochando temple y hondura sobre todo por el pitón derecho. El novillo apuntó su condición que parado y aculado en tablas en el tercio de banderillas. De hecho, nunca quiso embestir a la muleta y midió al torero, al que le propinó dos feas volteretas, por fortuna sin consecuencias. El quinto, rebrincado y echando las manos por delante de salida, no le dio opción ni al lucimiento con el capote. Después, en la muleta, más de lo mismo: tres arrancadas iniciales para pararse y no querer embestir.

También debutaba el eldense Eugenio Pérez, que mostró sus cartas credenciales en un vistoso quite que hizo al segundo novillo de la tarde. En el suyo, tuvo suavidad y temple al recibirlo de capa, cerrando el ramillete con media verónica de rodillas. Este animal demostró algo más de son en los primeros tercio e incluso tuvo más movilidad en la muleta, pero en este caso le faltó celo y transmisión. Pasó en algunos muletazos, pero sin decir absolutamente nada. Lo mismo ocurrió en el que cerró plaza, donde hubo algunos pases estimables por el pitón izquierdo, pero carentes de emoción.

 

 

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