alt10º FESTEJO DE ABONO. Sábado 25 de abril de 2009. 

El diestro Alejandro Talavante ha sido el triunfador de la tarde al cortar dos orejas al tercer toro después de una faena que ha brillado especialmente en el toreo al natural y en la que el pacense ha vuelto a conquistar al público de la Maestranza. También El Juli ha tenido una tarde importante saldada con una oreja y una vuelta al ruedo, mientras que El Cid estuvo a punto de cortar una oreja al quinto.

 

CRÓNICA:

El triunfador de la tarde fue Alejandro Talavante, que cortó las dos orejas después de una buena faena al tercero, pero la corrida de El Ventorrillo tuvo más contenidos interesantes como la gran actuación de El Juli y la faena de El Cid al quinto. Una buena corrida que sube el tono de la Feria justo antes de que lleguen los farolillos.

Se lidiaron toros de El Ventorrillo, bien presentados y desiguales de juego, sobresaliendo el tercero y el quinto, que fue un sobrero del mismo hierro.

El Juli, oreja y vuelta al ruedo.

El Cid, silencio y saludos tras petición.

Alejandro Talavante, dos orejas y silencio.

La plaza se llenó.

Destacó Alcalareño en banderillas.

El Juli fue el primero en tocar pelo. El madrileño dibujó dos buenas medias en el recibo de capa y entendió muy bien con la muleta a un toro que se dejaba pero que tenía sus complicaciones. Juli le dejó siempre la muleta puesta por la derecha y le obligó a repetir en series muy aplaudidas. Por el izquierdo la complicación del astado era mayor y Julián lo metió también por ahí en la muleta. Faena de mérito rematada de estocada que puso en sus manos una oreja.

El Cid no pudo seguir la línea triunfal con la que había comenzado la tarde por tener delante un toro difícil, con peligro sordo y muchas complicaciones que no transcendieron al tendido. El de Salteras no pudo confiarse con un animal que siempre estaba a la caza. Mató de pinchazo y estocada casi entera y su labor fue silenciada.

El triunfo más contundente de la tarde llegó en el tercero. Talavante no logró nada destacable con el capote y el toro recibió dos puyazos muy medidos. En la muleta comenzó embistiendo un tanto mansote, pero poco a poco Talavante lo fue fijando, toreándolo templado y muy ligado en dos primeras series diestras. En la tercera se cambió la muleta de mano por la espalda y ligó con naturales largos y bien rematados. Fue ahí cuando rompió definitivamente la faena. El toro embestía muy bien por ese lado, pero en la siguiente serie ya se quiso ir, improvisando el torero otra buena tanda. Había clamor para triunfo, que llegaría después de matar Talavante de una buena estocada. Su labor fue premiada con dos orejas.

El Juli parecía no conformarse con la oreja de su primero y salió a darlo todo en el cuarto. Primero toreó templado de capa y luego comenzó con muletazos por alto sin moverse la faena de muleta. En las series de derechazos que siguieron El Juli se mostró muy poderoso y también al natural, haciendo tragar a un toro que se mostraba más remiso por ese lado. Cuando parecía que el animal no tenía más, todavía sacó Julián naturales largos y bien rematados, cerrando su labor con un arrimón serio que puso a la plaza en pie. Perdió trofeos por pinchar hasta en tres ocasiones. Dio la vuelta al ruedo.

El Cid no pudo lucirse de capa ante el quinto toro, un sobrero que luego rompería a embestir en la muleta permitiendo al de Salteras torear muy largo y templado. El Cid acertó a dar distancia a su enemigo y lo toreó muy bien en dos series diestras, la segunda de ellas rematada con un precioso cambio de mano ligado al de pecho. Al natural El Cid consiguió buenos momentos pese a ser insistentemente molestado por el viento. Esta circunstancia hizo que la faena se viniera un poco a menos, pero pese a ello se pidió la oreja para el diestro de Salteras. El presidente no concedió el trofeo y El Cid saludó desde el tercio.

El sexto no ofreció oportunidad alguna a Talavante de cerrar la tarde con triunfo. No pudo redondear el diestro extremeño porque ese toro de El Ventorrillo siempre llevó la cara por las nubes y no se empleó nunca, terminando completamente rajado. El triunfador de la tarde lo intentó pero sin éxito.

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