Rafael Cerro se proclama triunfador de la promoción al cortar dos orejas

 

QUINTO FESTEJO DE PROMOCIÓN. FINAL. Jueves 29 de julio  de 2010.  

El novillero extremeño Rafael Cerro ha cortado dos orejas y se ha proclamado triunfador del ciclo de Promoción celebrado durante el mes de julio en la Real Maestranza de Sevilla. El madrileño Fernando Adrián también cortó una oreja y fue el segundo clasificado, yéndose de vacío el alicantino Borja Álvarez.

CRÓNICA:

Fernando Adrián se lució en banderillas en el novillo que abrió plaza, en especial en el tercer par al quiebro. Brindó al público la faena a un novillo molesto al que supo entender. Se mostró muy puesto hasta que el novillo se rajó. Mató de estocada y fue ovacionado.

También resultó complicado el segundo novillo, que pegó tornillazos y descompuso los intentos del alicantino Borja Álvarez. El finalista quiso sacar partido de un animal muy deslucido, sin conseguir armar faena. Mató mal. Silencio tras aviso.

Rafael Cerro toreó bien a la verónica en su primero y también lució en un quite variado. Pero en la muleta el novillo se rajó muy pronto y, aunque Cerro se la puso muy bien por el lado izquierdo, la faena no pudo albergar exquisiteces, pero sí tuvo pasajes muy importantes a base de entrega. Pinchó reiteradamente cuando había hecho méritos para tocar pelo.

Fernando Adrián estuvo discreto con capote y banderillas, pero con la muleta consiguió ligar algunas series diestras haciendo romper a su oponente. Los muletazos de más calidad llegaron al natural, con el novillo ya más entregado y metido en la muleta. Fue una faena de menos a más. Estocada casi entera y descabello y cortó una oreja.

Borja Alvarez se encontró con un quinto novillo muy molesto que pegaba tornillazos y se metía por el pitón derecho. Aunque el chaval estuvo firme y decidido, poco pudo hacer con tan nulo enemigo. Estocada que asoma y descabellos. Silencio tras aviso.

Rafael Cerro volvió a brillar con el capote en el sexto, tanto en el recibo como en un quite por saltilleras. Con la muleta hizo a su oponente primero hasta conseguir buenos muletazos al natural. La pena es que el novillo no tenía fuerza, pero el chaval estuvo muy por encima y consiguió momentos de gran calidad. Lo mejor llegó en el epílogo de la faena cuando después de un pequeño susto le dio la mejor serie de la noche. Cerró con bellos muletazos su labor y mató de estocada. Dos orejas.

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