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NOVILLADA FUERA DE ABONO. Domingo 5 de septiembre de 2010. 

Los tres novilleros que han actuado esta tarde en la Real Maestranza de Sevilla, en la que fue la primera novillada fuera de abono de la tempora, se fueron de vacío en un festejo en el que los contenidos brillantes han sido muy escasos.

CRÓNICA:

Andrés González se las vio en primer lugar con un novillo muy manso y que creó muchos problemas en el primer tercio porque medía mucho y pegaba arreones. El albaceteño intentó buscarle las vueltas a un novillo que fue a menos. Puso voluntad pero su labor no pudo resultar brillante. Mató de pinchazo y media. Silencio.

Se lidiaron novillos de Hdros del Exmo. Sr. Conde de la Maza, desiguales de juego en líneas generales.

Andrés González, silencio y silencio.

Salvador Barberán, silencio y ovación tras aviso.

Alejandro Enríquez, silencio y ovación.

Un cuarto de plaza.

El cuarto salió justo de fuerzas y lo cuidaron en el caballo. Fue una pena porque el novillo, que parecía tener buen aire, se partió un pitón por la cepa al rematar contra un burladero en el tercio de banderillas y esto condicionó su lidia. El novillo fue a menos y González estuvo tesonero pero sin lograr gran lucimiento. Mató de tres pinchazos y estocada. Silencio.

Salvador Barberán no pudo lucirse con el capote al salir manseando también el segundo astado. Este  novillo era mirón pero se desplazaba aunque sin humillar. Barberán lo intentó pero sin demasiado convencimiento y la faena no tuvo eco en el tendido. Mató de pinchazo y estocada y su labor fue silenciada.

En el quinto, Barberán dejó algún que otro lance suelto estimable a pesar de que el novillo manseaba. También hizo un quite entonado a la verónica. Este fue el mejor novillo de la tarde y Barberán consiguió buenos momentos aislados, sin que la faena tuviera continuidad a pesar de la buena condición del astado. Mató mal. Fue ovacionado.

Alejandro Enríquez mostró buenas maneras en el recibo de capa. Este tercer novillo se dejó más en la muleta y el novillero granadino lo aprovechó para hacer la faena más compuesta hasta el momento, una labor que fue a menos porque el novillo se apagó. Mató de estocada y descabello. Silencio.

El sexto fue manso de salida y bruto y a menos en la muleta, por lo que no dio muchas opciones a Alejandro Enríquez, que estuvo tiempo en la cara sin lograr contenidos de interés. Su voluntad fue premiada con una ovación.

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