altNOVILLADA FUERA DE ABONO. Domingo 20 de septiembre de 2009. 

El novillero francés Thomas Jouber, que, al igual que sus compañeros de cartel -Juan Carlos Rey y Pablo Lechuga-, se ha presentado hoy en Sevilla, ha dado la único vuelta al ruedo de la tarde en un festejo marcado por el escaso juego de los novillos.

 

CRÓNICA:

El inicio del festejo ya anunció cuál iba a ser la historia de la tarde. El novillo que abrió plaza se derrumbó estrepitosamente de pura falta de fuerza, condición que ha marcado el encierro de Mari Carmen Camacho. El sobrero que salió en su lugar manseó de salida y, aunque se le midió en el caballo, esperó en banderillas, llegando a la muleta muy reservón. Hizo el esfuerzo Juan Carlos Rey ante un ejemplar que, además, desparramó mucho por ambos pitones y tuvo serio peligro.  El cuarto, un novillo bien hecho y con cuello, apretó de salida y desarmó al madrileño en el recibo de capa. Rey brindó la faena de muleta al diestro Emilio Oliva y de inició alivió por alto al endeble animal, que enseguida se puso muy a la defensiva y se paró. Rey no pasó de voluntarioso.

Se han lidiado seis ejemplares –el primero como sobrero– de Mari Carmen Camacho, correctos de presentación, pero muy descastados y faltos de fuerzas. Segundo y tercero, aunque sin rematar, fueron algo más potables.

Juan Carlos Rey, silencio y silencio.

Pablo Lechuga, silencio y silencio.

Thomas Joubert, ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.

La plaza ha registrado un cuarto de entrada en tarde agradable.

El banderillero Frederic Leal fue atendido en la enfermería de “varetazo corrido en la cara interna del muslo izquierdo”, que no le impidió continuar la lidia.

Llegó Pablo Lechuga a este cartel en lugar del mexicano Arturo Saldívar y quizás ha sido quien se ha llevado el novillo más potable de la tarde. Ha sido el segundo, un ejemplar feote, que de salida arreó de manso, llegando a desarmar al novillero. Justito de fuerza, tenía buen fondo el novillo y con buen criterio Lechuga lo sacó sin preámbulos por fuera de las segunda raya de picadores, pero su trasteó pecó de irregular pues a cada muletazo templado le sucedía otro enganchado. Además, para colmo, el novillo se echó en mitad de la faena y ahí se acabó todo. El quinto, que perdió continuamente las manos, siempre se empleó a cabezazos en la muleta. Lechuga insistió, pero sin repercusión alguna.

A Tomás Jouber ya se le ha notado la mano de su nuevo mentor, Antonio Corbacho, quien se ha hecho cargo de su carrera tras su reciente ruptura con Talavante. De hecho, hubo compostura en el recibo de capa, aunque salió atropellado sin consecuencias cuando los caballos de picar ocupaban su lugar en el ruedo, reponiéndose con un quite por chicuelinas. No fue el único susto, pues Frederic Leal sufrió una fea voltereta en banderillas. Ya con la muleta, Jouber pasó de probaturas e inició la faena ligando un molinete a una serie de naturales. El novillo, de puro manso, se abría mucho en cada muletazo, dejando al francés dibujar lances templados, de mano suelta y con la figura hierática. Pero cuando se cambió la muleta a la mano derecha, llegaron dos inoportunos y además el animal ya hizo ademán de rajarse. La grata impresión supo mantenerla Jouber en el que cerró plaza. El animal, por su falta de fuerzas, prometía poco, pero el galo lo brindó al público y arreó desde los estatuarios iniciales hasta las manoletinas del final, pasando por la insistencia de la que hizo gala ante un novillo de lo más soso y con la tarde ya muy cuesta arriba. Quizás la vuelta al ruedo fue excesiva, pero tampoco hubo motivo para recriminárselo.

 

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