2ª NOVILLADA DE PROMOCIÓN. Jueves 17 de julio de 2014.
El segundo festejo de promoción de nuevos valores de la torería confirmó las buenas condiciones y el buen momento que atraviesa el novillero sevillano Pablo Aguado, que cortó dos orejas y se postuló para ocupar un puesto en la final. El aspirante albaceteño Cristian Pérez mostró voluntad y el madrileño Alejandro Gardel enseñó fino estilo.
CRÓNICA:
Pablo Aguado no fue una sorpresa. Se hablaba mucho y bien de sus grandes posibilidades y el aspirante sevillano supo estar a la altura de las expectativas cuajando una ilusionante actuación que puso de manifiesto la calidad y la capacidad que presidió sus dos actuaciones..
Se lidiaron seis novillos de Hermanos Tornay, bien presentados y de juego desigual. Tuvieron mucha movilidad.
Pablo Aguado, ovación tras aviso y dos orejas tras aviso.
Cristian Pérez, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
Alejandro Gardel, silencio tras dos avisos y palmas tras aviso.
La plaza registró casi tres cuartos de entrada en noche de calor sofocante.
Pablo Aguado fue capaz de imponer el toreo bueno a su primer novillo, un animal un tanto áspero que no siempre le dio facilidades. Pero Aguado tiró de técnica para solventar todas esas dificultades y mostró una compostura natural en una faena de ritmo creciente que sólo se atascó en el manejo de la espada.
Pero Aguado iba a marcar las diferencias definitivas con el cuarto, al que recibió con cinco faroles consecutivos de rodillas. Un quite posterior a la verónica reveló sus registros capoteros al replicar al aspirante albaceteño. Con la muleta en la mano tuvo que tirar de su técnica oculta para cuajar una brillante faena que vivió su fase más feliz por la mano izquierda. Aguado se metió a la gente en el bolsillo y confirmó su condición de valor en alza. El espadazo tuvo que ser refrendado con un descabello pero no le impidió cortar dos orejas que pueden abrirle la puerta de la final.
El segundo integrante del cartel era Cristian Pérez, un novillero formado en la escuela taurina de Albacete que derochó voluntad en todos los tercios. Sus dos faenas estuvieron marcadas por el mismo patrón de entrega y en ambas llegó a ser alcanzado por los novillos, afortunadamente sin consecuencias.
El tercero era Alejandro Gardel, sobrino del diestro madrileño David Mora. Gardel mostró buenas maneras manejando el capote con el tercero, al que también llegó a torear al natural con buen estilo. Esas finas maneras presidieron su larga faena al sexto, en la que mostró mayor compromiso.
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