FINAL DE PROMOCÍON. Jueves 24 de julio de 2008.
Antonio Jesús Espaliú, novillero sevillano de la Escuela de Camas, fue el triunfador de la final de las novilladas de Promoción que se han celebrado durante el mes de julio en la Real Maestranza de Sevilla. El novillero de Coria cortó dos orejas al quinto novillo después de una intensa faena en la que dejó detalles de la calidad que atesora su toreo.
CRÓNICA:
Antonio Espaliú, el triunfador de la noche, dibujó el toreo a la veronica en su primero con excelente gusto. La faena la brindó a Morante de la Puebla, pero se encontró con un novillo que no colaboró, ya que tardeaba mucho en su embestida. Con todo, dejó muletazos sueltos de calidad.
Se lidiaron seis novillos de El Serrano, bien presentados. Con recorrido el primero, tardo el segundo, sin humillar tercero y cuarto, rajado el quinto y potable el sexto.
Fran Gómez, silencio y una oreja tras aviso.
Antonio Jesús Espaliú, silencio después de leve petición y aviso y dos orejas.
Juan del Álamo, vuelta al ruedo y ovación.
La plaza registró más de media entrada.
En el novillo del triunfo también apuntó toreo de altos vuelos con el capote, con el que el viento le impidió cuajar el recibo. Respondió por chicuelinas a un quite de Juan del Álamo y la faena de muleta tuvo entre otras cosas la virtud de fijar en el engaño a un animal rajadito. Los mejores muletazos llegaron por el pitón derecho. Fueron rotundos los doblones finales y la gran estocada, que pusieron dos orejas en sus manos.
El jerezano Fran Gómez tardó en acoplarse con su primer enemigo, quizá molestado por el viento. No obstante, la faena fue de menos a más. En el cuarto protagonizó una faena destacada ante un novillo que repetía en el engaño pero al que le faltaba humillar.
Juan del Álamo fue el que estuvo más en novillero. Recibió a sus dos novillos a portagayola. En su primero respondió a un quite de Fran Gómez por gaoneras y con la muleta se repuso de cinco desarmes y varias volteretas que le propinó un novillo que siempre le puso los pitones en la hombrera.
Al que cerró plaza también lo recibió a portagayola para templarse después a la verónica. La faena empezaba a tomar vuelo pero otra vez un inesperado desarme y varias volteretas volvieron a mostrar a un novillero valiente.
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