altNOVILLADA FUERA DE ABONO. Viernes 26 de septiembre de 2008. 

El novillero Pepe Moral ha sido el triunfador de la novillada celebrada esta tarde en la Real Maestranza de Sevilla como prólogo a la Feria de San Miguel. Moral ha cortado una oreja de su segundo novillo en una tarde en la que Nazaré ha estado en buen tono y Tendero no ha podido puntuar.

 

CRÓNICA:

El novillero de Los Palacios Pepe Moral ha protagonizado la mejor faena de la tarde en la Maestranza. La cuajó al segundo novillo de su lote, al que toreó con largura por ambos pitones en una labor que desembocó en el corte de una oreja.

Se lidiaron novillos de Guadaíra, bien presentados y desiguales de juego. Destacaron primero y sobre todo el quinto, un novillo de gran calidad y recorrido en su embestida.

Antonio Nazaré, ovación y silencio tras aviso.

Pepe Moral, silencio y oreja.

Miguel Tendero, silencio y silencio.

La plaza registró más de media entrada.

Pepe Moral ligó muy bien los muletazos en tres series diestras a ese quinto de la tarde, un novillo de Guadaíra que fue a más y embistió con calidad y recorrido. Al natural bajó mucho la mano y se gustó en muletazos también lentos y profundos. La faena iba para triunfo grande, pero la espada quedó defectuosa -bastante contraria- y eso pudo mermar el premio. Todo quedó en una oreja.

En el primero de su lote, Moral estuvo firme con un novillo con poco gas que nos transmitía nada. Puso voluntad el novillero sevillano, pero no pudo lograr conectar con la gente.

Antonio Nazaré completó una actuación muy solvente en la Maestranza, mostrándose muy por encima de sus dos oponentes. El primero de la tarde le dejó más y Nazaré lo aprovechó para mostrar lo largo y profundo que puede ser su toreo. Lástima que el de Guadaíra se viniera a menos, porque la faena apuntaba al triunfo. Al final el de Dos Hermanas fue ovacionado.

En el segundo de su lote tuvo que administrar las embestidas de un animal muy justo de raza y de poder. Nazaré se empleó a fondo y logró sacar buenos muletazos por ambos pitones, eso sí, de uno en uno porque así es como únicamente los permitía el animal. Su solvencia le hizo ganar el respeto del público. Alargó la faena y no estuvo fino con el acero.

Miguel Tendero tuvo que darse sendos arrimones con novillos que no le ayudaron casi nada. En el primero, parado y probón, se colocó en la distancia corta con valor y gran mérito, pero sin calar en el público por falta de enemigo. En el sexto le volvió  a tocar tragar y realizar un nuevo esfuerzo ante un novillo que no se entregó y que fue a menos.

 

 

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