Curro Díaz firma lo más artístico de la tarde y corta una oreja

 

3º FESTEJO DE ABONO. Sábado 18 de abril de 2009.  

El diestro jiennense Curro Díaz ha firmado los muletazos más artísticos de la tarde en una faena que realizó al cuarto toro, al que cortó una oreja. También Abellán se acercó al triunfo en el primero de su lote, uno de los toros destacados de una corrida predominantemente mansa de Pereda con el que dio una vuelta al ruedo.

 

CRÓNICA:

El diestro Curro Díaz fue el triunfador de la tercera de abono al cortar una oreja del cuarto toro, un animal que le permitió dibujar los muletazos más bellos de la tarde pero que también le propinó una fea voltereta de la que se recuperó tras caer de mala manera.

Curro Díaz no pudo dar ni un solo muletazo al toro que abrió plaza, un animal manso integral que se desentendía de la muleta, sin llegar a mirarla siquiera. Tuvo que abreviar el torero jiennense.

En el cuarto pudo sacarse la espina en una faena llena de chispazos de arte en la que el diestro se sintió mucho. Ya dio algunos lances de salida a un animal que tendía a irse suelto, pero fue con la muleta cuando consiguió conectar enseguida con la afición sevillana. La música sonó desde la primera serie de derechazos y el torero aprovechó bien las embestidas un tanto huidizas del de La Dehesilla.

Cuando le cogió la izquierda llegó la voltereta al no ir el toro metido en la muleta. Cayó mal y quedó maltrecho en el suelo, pero se recuperó enseguida y volvió con pundonor torero a la cara del toro. El público agradeció el gesto y saboreó un final de faena con nuevos destellos de arte. Mató de pinchazo y estocada y la petición fue unánime. Oreja.

Miguel Abellán también firmó una buena actuación en su primero. El torero estuvo firme y decidido ante uno de los toros que más se prestaron, dejando series de muletazos templados muy bien rematadas con bonitos trincherazos. Destacaron también circulares citando de espaldas y sobre todo una forma de estar que transmitió decisión y madurez. Mató de estocada tendida que necesitó de dos descabellos, lo que le privó de tocar pelo.

En el segundo de su lote, Abellán encontró mucha menos colaboración. El animal se rajó pronto y se fue a la zona de chiqueros, donde los intentos del madrileño fueron en vano.

El sevillano César Girón estuvo muy centrado y por encima de un tercer toro berreón que pegaba un molesto gañafón al final de cada muletazo. Le bajó bien la mano para evitar ese feo derrote y consiguió someterlo, rajándose el toro de Pereda en cuanto se sintió podido.

El sexto no bajó nunca la cara, embistiendo con brusquedad y sin ninguna entrega en la muleta, lo que deslució cualquier intento a cargo del joven diestro sevillano.