alt1º FESTEJO DE ABONO. Domingo 23 de marzo de 2008. 

El diestro Manuel Jesús ‘El Cid’ ha cortado la primera oreja de la temporada en la Real Maestranza en la corrida inaugural. El Cid ha cuajado una buena faena al primero de su lote y ha puntuado en una tarde de gran expectación en la que Enrique Ponce y Alejandro Talavante se ha ido de vacío.

 

CRÓNICA:

El Cid ha sido el primero en triunfar. El torero de Salteras ha cuajado excelentes series de naturales al segundo ‘zalduendo’ y ha conseguido calentar una tarde muy fresca de temperatura. El Cid ha vuelto a conectar con el público de su tierra a base de realizar un toreo muy largo y templado con la zurda y se ha ganado una oreja de ley al rematar su labor de estocada.

Se lidiaron seis toros de Zalduendo, bien presentados y desiguales en su comportamiento. Destacó el cuarto, el que más sirvió para el torero pero que duró poco.

Enrique Ponce, silencio y silencio.

Manuel Jesús ‘El Cid’, oreja y ovación.

Alejandro Talavante, silencio y silencio.

La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’ en tarde soleada y fresca.

La faena se basó fundamentalmente en la mano izquierda, con tres series muy rematadas en las que llevó muy largo al de zalduendo. Por el pitón derecho el toro iba menos, pero también lo metió en la canasta. Cuando después de la cuarta serie se fue a por la espada, el toro se rajó, por lo que no pudo haber más toreo. Los méritos fueron más que suficientes para el primer triunfo de peso de la temporada.

En el segundo de su lote, El Cid dejó lances estimables. Brindó al público y ligó los mueltazos en dos series diestras. Sin embargo cuando toreó al natural fue cuando la faena subió de tono, pero a partir de ahí el de Zalduendo acortó su embestida y limitó el trasteo. Entonces El Cid también acortó la distancia y se pegó un arrimón, muy firme y seguro. Una estocada desprendida precedió a una fuerte ovación que el torero saludó desde el tercio.

Enrique Ponce tuvo un primer toro que no se empleó nada en el capote, distraído siempre y sin celo. Manseó en el caballo y también en la muleta, donde las embestidas fueron más bien arreones de huida. Ponce lo intentó a base de dejarle la muleta puesta y logró ligar alguna serie, pero siempre limitado por un animal manso y complicado. Mató de estocada y su labor fue silenciada.

El cuarto se paró en el capote, aunque después de dos puyazos Ponce le hizo un quite por delantales de buena factura. La faena comenzó con doblones y luego Ponce sacó al toro, pero el de Zalduendo no quería pelea y se volvía a las tablas denotando su mansedumbre. Ponce lo intentó aquí también, pero su esfuerzo no tuvo recompensa por la falta de materia prima.

Alejandro Talavante tuvo un primer toro rajado que huyó de la muleta del torero extremeño buscando siempre el refugio de las tablas. En ese terreno le plantó cara Talavante en una faena insistente en la que intentó de forma reiterada encelar al manso ‘zalduendo’ en la muleta, consiguiendo algunos muletazos estimables. Mató de estocada tendida y tres descabellos y su labor fue silenciada.

El toro que cerró plaza se quedaba corto, le costaba embestir. Con esa media arrancada Talavante intentó con voluntad construir faena, pero no logró conectar con los tendidos, muy fríos ya a esa hora de la tarde.

 

 

Deje un comentario