1º FESTEJO DE ABONO. Domingo 8 de abril de 2007.
El diestro sevillano Manuel Jesús ‘El Cid’ ha realizado lo más destacado en la corrida que abría la temporada taurina en la Real Maestranza de Sevila. El de Salteras cortó una oreja al toro más destacado de la corrida de Zalduendo, brillando especialmente en el toreo al natural en una faena que fue creciendo en intensidad. Enrique Ponce y Sebastián Castella se fueron de vacío al no encontrar colaboración en los toros de sus lotes, aunque los dos hicieron todo lo posible por acompañar a El Cid en el triunfo.
CRÓNICA:
La plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla abrió sus puertas para recibir una nueva temporada, y lo hizo con el triunfo del torero sevillano del cartel: Manuel Jesús ‘El Cid’. Los mejores momentos de la tarde corrieron a cargo del de Salteras, sobre todo cuando toreó al natural con profundidad al segundo toro, el mejor del irregular lote de Zalduendo, que no dio el juego esperado por todos.
Se lidiaron seis toros de Zalduendo, el tercero como sobrero, bien presentados y de juego desigual. El más destacado fue el segundo.
Enrique Ponce, silencio y saludos tras aviso.
El Cid, oreja y palmas.
Sebastián Castella, silencio y silencio.
La plaza registró lleno de ‘no hay billetes’ en tarde soleada de buena temperatura.
Saludaron en banderillas Alcalareño y Julio López en el segundo toro.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de Quini Trigo, el alguacilillo de esta plaza recientemente fallecido.
La faena llegó después de que el torero de Salteras rivalizara en quites con Sebastián Castella en ese astado. El francés quitó por chicuelinas y el de Salteras respondió con un ajustado quite por delantales para gozo de los aficionados. Fue uno de los momentos claves de la corrida. Como la labor de El Cid con la muleta fue a más, el público le premió con una oreja, la única de la tarde.
En el segundo de su lote, Manuel Jesús brindó al maestro de música, Pepín Tristán, que dirigía por última vez en la Maestranza, y sólo la sosería y la falta de raza de su oponente impidieron que el torero redondeara su triunfo.
Enrique Ponce tuvo un primer toro deslucido que no le permitió sentirse a gusto ni brillar en su reencuentro con Sevilla tras importante actuación del año pasado. La faena al cuarto de la tarde iba por los mismos derroteros porque el toro no se prestaba, pero Ponce insistió hasta arrancar un par de series que fueron valoradas positivamente por la mayoría del público, que entendió que era lo que se podía hacer ante un enemigo de esas características.
Se esperaba con ilusión la presencia de Sebastián Castella, uno de los triunfadores de la pasada temporada en la Maestranza, pero el francés tampoco tuvo materia prima apta. Su primero fue devuelto a corrales y el sobrero le permitió torear muy bien a la verónica en el recibo de capa. Para la muleta fue un toro deslucido. En el sexto quiso calentar motores con tres pases cambiados por la espalda, pero la descompuesta embestida de su oponente le impidió ir más allá.
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