28º FESTEJO DE ABONO. Sábado 29 de septiembre de 2007.
Los diestros Manuel Jesús ‘El Cid’ y Salvador Vega han cortado una oreja cada uno en la primera corrida de la feria de San Miguel, donde ambos han mostrado buen nivel. El Cid consiguió el trofeo después de una faena vibrante al quinto de la tarde. Previamente, Salvador Vega había tocado pelo en el segundo de la tarde por su firmeza y entrega ante un toro manso al que logró meter en la muleta. Julio Aparicio ha sido pitado en los dos de su lote.
CRÓNICA:
Julio Aparicio ha logrado algunos lances estimables en el recibo de capa a su primero y en la faena de muleta también ha dejado detalles de su estilo, aunque la faena no logró remontar vuelo. El toro de Parladé fue de los mejores de la tarde al aguantar el fuerte castigo que le dieron en varas y embestir con clase en la muleta.
Se lidiaron toros de Parladé, bien presentados y desiguales de juego. Destacaron el primero, el de mayor calidad, y el quinto, con gran transmisión.
Julio Aparicio, pitos y pitos.
El Cid, silencio y oreja tras aviso.
Salvador Vega, oreja tras aviso y ovación.
La plaza casi se llenó en tarde de buena temperatura.
En el segundo de su lote, Aparicio abrevió con un toro que se le coló a las primeras de cambio. Esto provocó la desconfianza del torero, que se inhibió por completo, lo que hizo que el público le pitara.
El Cid recibió con lances templados al segundo de la tarde, un toro que fue cuidado en el caballo. La faena de muleta estuvo basada en la mano izquierda, pitón por el que el toro embestía con más claridad y recorrido. Hubo muletazos buenos en una labor muy centrada de El Cid que no pudo tener continuidad porque el toro se desinflaba por momentos hasta acabar desentendido de la pelea.
En el quinto El Cid encontró repetición en la embestida del de Parladé, lo que le permitió ligar tandas de muletazos que tuvieron mucha transmisión. El enemigo no era fácil, pero su encastada movilidad y el toreo ligado y largo de El Cid hicieron vibrar a la plaza. El tono bajó por el pitón izquierdo, peor lado del toro, pero una nueva serie diestra y el conjunto de una faena emocionante pusieron en la mano de El Cid una merecida oreja.
Salvador Vega fue el primero en tocar pelo. Lo hizo después de una faena con altibajos a un toro manso al que tuvo el mérito de meter en la muleta. Vega se mostró firme y decidido durante todo el trasteo y el público de la Maestranza se lo reconoció, premiándole con una oreja después de sonar un aviso y de tener el torero que usar el descabello.
En el sexto salió nuevamente decidido. Vega toreó con buen compás a la verónica, sobresaliendo los lances por el lado derecho. En la faena de muleta el toro fue quedándose sin motor y acortando su recorrido, lo que limitó mucho la labor del torero. Vega, cuando se quedó sin toro, planteó una pelea que dejó muy a las claras las buenas intenciones que traía a esta cita con Sevilla.
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