alt29º FESTEJO DE ABONO. Domingo 30 de septiembre de 2007. 

El diestro extremeño Miguel Ángel Perera ha sido el triunfador de la última corrida de la Feria de San Miguel y último festejo del abono sevillano al cortar una oreja al segundo astado de la tarde. Perera ha estado muy firme durante toda la tarde, muy por encima de las condiciones de su lote. En este festejo también ha sobresalido Curro Díaz, que ha cuajado espléndidos momentos con el cuarto de la tarde, al que pudo cortar oreja de no fallar con los aceros. Salvador Cortés no ha podido puntuar a su paso por San Miguel.

 

CRÓNICA:

Curro Díaz se encontró con un primer toro al que le costó humillar y al que el jiennense logró darle algunos muletazos estimables. El toro fue a menos y lo mejor de la faena fue el precioso toreo a dos manos con el que la cerró el torero de Linares.

Se lidiaron toros de Alcurrucén, bien presentados y de juego desigual. Sobresalió el cuarto, al resto les faltó romper.

Curro Díaz, saludos y vuelta al ruedo.

Miguel Ángel Perera, oreja y silencio tras aviso.

Salvador Cortés, silencio y silencio.

Saludaron en banderillas Luis Mariscal y José López Molina en el tercero y Curro Robles en el sexto, para quien incluso sonó la música.

En el segundo de su lote, Díaz construyó una faena medida, pero cargada de torería . Fueron cuatro series de muletazos en los que el torero dejó ver sus excelentes formas, todas ellas rematadas con espléndidos trincherazos. Este fue el toro que más se dejó hacer de la corrida y Curro lo entendió muy bien e hizo vibrar al público de la Maestranza con un toreo de calidad. Por la espada perdió opción de triunfar.

Miguel Ángel Perera ha sido el triunfador de la tarde al cortar una oreja del segundo toro. Este animal quedó crudo en el caballo y no fue fácil en la muleta, pero Perera salió dispuesto a jugársela y se mostró muy firme y por encima de su oponente. Ha sido una faena de mérito y riesgo, de someter y aguantar que el público de Sevilla ha sabido valorar y premiar después de una buena estocada.

En el quinto, Perera salió dispuesto a redondear el triunfo, pero no encontró materia prima apta en el de Alcurrucén, que no prestaba emoción a lo que hacía el torero. Perera intentó acortar distancias y practicó su habitual parón, pero su labor esta vez no tuvo tanto eco en el tendido por la sosa condición de su oponente.

Salvador Cortés no tuvo lote apto para triunfar. En su primero se templó con el capote y luego intentó meter en la muleta a un manso que se quería ir y nunca rompió a embestir por derecho. El sexto buscó chiqueros en banderillas, tercio en el que brilló Curro Robles. En la muleta se movió algo, pero siempre a la defensiva, acusando su mansedumbre e impidiendo que Cortés brillara en su labor.

 

 

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