CORRIDA DEL DÍA DE LA VIRGEN DE LOS REYES. Viernes 14 de agosto de 2009.
Los matadores de toros sevillanos Oliva Soto y Antonio Nazaré han cortado una oreja cada uno en la corrida celebrada en la Real Maestranza de Sevilla con motivo del día de la Virgen de los Reyes.
CRÓNICA:
Buen nivel mostraron los tres integrantes del cartel del día de la Virgen de los Reyes, corrida que se celebró en la noche del viernes para hacer el calor más llevadero a los aficionados.
Se lidiaron toros de Martín Lorca, bien presentados y desiguales de comportamiento, complicados los tres últimos.
Oliva Soto, vuelta tras petición y oreja.
Antonio Nazaré, ovación y oreja.
Pepe Moral, silencio y silencio.
Más de un tercio de entrada en noche calurosa. El festejo comenzó a las 22.00 horas.
Saludaron en banderillas: Javier Andana, Juan Carlos de Alba y Joselito Ballesteros.
Oliva Soto estuvo firme y decidido con un primer toro complicado, mirón y sin humillar que terminó rajado. En la faena destacaron buenos pases de pecho y los ayudados finales, además de una buena estocada. Hubo petición de oreja pero todo quedó en vuelta al ruedo.
Oliva Soto volvió a lucir con el capote en el cuarto, un toro peligroso que rebañaba y se acordaba de lo que dejaba detrás. La faena tuvo pasajes de gran tensión porque se veía al torero cogido. El camero tuvo el mérito de no volver la cara a la dificultad. Dejó otra buena estocada que esta vez sí le valió una oreja.
Antonio Nazaré estuvo muy por encima del segundo de la noche. Lo puso todo el torero con un toro al que le costó embestir. Tiró muy bien de su enemigo, templado y seguro. Pinchó y saludó desde el tercio.
Pero no había dicho la última palabra y se jugó la vida en el quinto, un toro violento desde el capote que mantuvo esa condición hasta el final. Nazaré stuvo firme y valiente, tragando lo indecible. Como sería que en una de las tarascadas el toro le hirió en la frente. Después de una estocada cortó una oreja de peso.
Pepe Moral sólo pudo dejar un variado recibo de capa y un buen comienzo de faena en el tercero. A partir de ahí se quedó sin toro, el de Martín Lorca se agotó y no dio para más. Resultó volteado al matar, sin consecuencias. Silencio.
Otro complicado fue el sexto, sin completar nunca sus embestidas y mirando siempre. Firme y valiente estuvo Moral. Le pudo a su enemigo pisando un terreno comprometido. Cuando se vio podido, el toro se rajó. Pinchó y no pudo igualar a sus compañeros en el triunfo.
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