alt24º FESTEJO DE ABONO. Sábado 22 de septiembre de 2012.

Una corrida de Alcurrucén eminentemente mansa y de muy escaso juego ha imposibilitado el triunfo de la terna en el segundo festejo de San Miguel, primera de las dos corridas programadas para este ciclo. La terna formada por El Cid, Castella y Luque se ha ido de vacío, aunque los tres han sido ovacionados en los primeros toros de sus lotes.

 

CRÓNICA:

La escasa raza de los toros de Alcurrucén ha marcado negativamente el desarrollo de la tarde en la Maestranza. Los toreros han tenido muy pocas opciones de lucimiento y la terna se ha ido de vacío.

Se lidiaron toros de Alcurrucén, de escaso juego.

El Cid, ovación y silencio.

Sebastián Castella, ovación tras aviso y silencio tras aviso.

Daniel Luque, ovación y silencio.

Más de media plaza en tarde soleada.

Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Félix Saugar ‘Pirri’.

El toro que abrió plaza manseó descaradamente en los primeros tercios, incluido el de banderillas, buscando constantemente la querencia a chiqueros y desentendiéndose de capotes. El Cid supo recoger muy bien su embestida en un bonito comienzo de faena con la rodilla flexionada al que siguieron un par de tandas por la derecha ligadas y de mucho mérito. El toro no tuvo clara embestida y El Cid estuvo dispuesto y valiente, intentando sacar todo el partido. Tanto es así que, avanzada la faena, sufrió una aparatosa voletereta de la que salió ileso pero con una fuerte paliza. El Cid reaccionó con pundonor y terminó la faena con pinchazo y estocada. Fue ovacionado.

Otro toro manso de solemnidad fue el cuarto de la tarde en los primeros tercios. El Cid brindó al público y estuvo firme en las dos primeras series de derechazos. En la tercera, el de Alcurrucén comenzó a desentenderse, saliendo distraído de los muletazos. El Cid siguió intentándolo hasta sacarle todo lo que tenía. En el primer ataque con la espada le dio un fuerte golpe en el pecho y en el segundo, en la mano. Tuvo que descabellar y esta vez fue silenciado.

Castella entendió bien al segundo de la tarde, un toro manso que tendía a salir con la cara alta y distraído. Supo encelarlo y templarlo bajando la mano, sobre todo por el lado derecho, por donde consiguió ligar varias series muy aplaudidas por el público. Fue lo más sobresaliente de una faena que prolongó, escuchando un aviso. Mató de estocada y descabello y fue ovacionado.

Castella brindó al público su segundo toro y planteó el inicio de faena con pases cambiados, pero el toro se fue suelto a chiqueros. A partir de ahí la labor del torero consistió en intentar sacar partido de un animal soso y su esfuerzo no tuvo ningún eco en el tendido.

El tercero de la tarde comenzó frenándose en el capote. Daniel Luque le dio algunos lances buenos en el quite. En la muleta comenzó con buenos doblones en los que llegó mucho al tendido. En la primera serie diestra dejó la muleta puesta y ligó muy bien. En la siguiente al toro le costó más y la faena no pudo seguir creciendo. Mató de buena estocada y fue ovacionado.

El sexto no tuvo clase y limitó la labor de Luque, que no logró conectar con el público debido a la sosa condición de su oponente. 

 

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