Final Ciclo Promoción 2018. Fuera de Abono . Jueves 26 de julio de 2018.
El novillero Juan José Villa ‘Villita’, de la Escuela Taurina de Madrid ‘José Cubero Yiyo’, fue el triunfador en la final del Ciclo de Promoción de Sevilla al cortar una oreja en la final celebrada esta noche en la Maestranza. El festejo quedó en un mano a mano entre Pablo Páez y Villita por un percance de El Primi en el primer novillo.
El Primi sufre un aparatoso percance en el primero de la tarde que le dejó fuera de la final
CRÓNICA:
El Primi se fue a portagayola a recibir al primero de la tarde y resultó arrollado, quedando semi inconsciente y teniendo que ser trasladado a la enfermería. Se hizo cargo del novillo Pablo Páez, que se acopló bien con la derecha en el inicio de faena, mostrando oficio y solvencia y logrando los mejores momentos por ese pitón. Alcanzó buen nivel en este primer astado pero falló con el acero.
En el tercero de la noche, Páez se lució con el capote, toreando despacio y con buen estilo a la verónica. En el quite posterior resultó volteado sin consecuencias. Brindó al público y ligó por ambos pitones forzando a veces la figura, aunque siempre con voluntad de llevar largo a su oponente. Se sintió más seguro con la derecha y esta vez mató a la primera.
Pablo Páez se fue a portagayola en el quinto, un novillo que repitió con largo recorrido en la muleta y al que ligó buenas series con ambas manos en una labor entonada. Templó bien con la derecha y al natural brilló especialmente en el tramo final de faena. Pinchó la que pudo ser una faena de triunfo.
Villita estuvo entonado con el capote en el segundo de la noche. En la faena de muleta comenzó toreando por alto mostrando buen estilo y se templó con la derecha, ligando buenas series. Hubo sentido del temple y buena compostura en el toreo de este madrileño, que mató de buena estocada y cortó la primera y única oreja del festejo.
En cuarto lugar Villita lidió al sobrero al inutilizarse el titular al chocar contra un burladero. Este novillo manseó en los primeros tercios y el novillero se empleó para sujetarlo en la muleta. Logró impedir su huida en una labor muy meritoria propia de un torero de mayor experiencia.
El sexto también manseó en los primeros tercios, planteando un nuevo examen a Villita, una prueba que solventó muy bien. Con el oficio bien aprendido, estuvo por encima de su tercer enemigo dibujando buenos muletazos diestros a pesar de que el astado salía siempre distraído. Al final de la faena también resultó volteado, por fortuna sin consecuencias. Mató mal.