CORRIDA DEL DÍA DE LA VIRGEN DE LOS REYES. Martes 15 de agosto de 2006.
El madrileño José Ignacio Uceda LEal fue quien estuvo más cerca del triunfo en la Maestranza sevillana al gustar al público sevillano la calidad de su toreo y, sobre todo, su contundencia estoqueadora. Dio dos vueltas al ruedo después de reclamar el respetable orejas para él, con más fuerza tras la faena al segundo de su lote. Aníbal Ruiz también dio una vuelta al ruedo, mientras que el debutante Fernando Cruz se fue de vacío pero no sin dejar una grata impresión a su paso por la Maestranza.
CRÓNICA:
Uceda Leal tuvo un primer toro justo de fuerza pero de suave embestida al que dio derechazos de muy buen trazo. El madrileño se acopló bien al ritmo lento de la embestida del toro de Tornay y también sacó algún natural suelto estimable de un astado con calidad. Remató su faena con una gran estocada y paseó el anillo maestrante tras una leve petición de oreja.
Se lidiaron toros de D. Manuel y D. Antonio Tornay, bien presentados y de juego desigual.
Uceda Leal, vuelta al ruedo tras leve petición y vuelta al ruedo tras petición de oreja.
Aníbal Ruiz, saludos y vuelta al ruedo tras petición.
Fernando Cruz, silencio y saludos.
La plaza registró un cuarto de entrada.
Uceda brindó al público su faena al cuarto de la tarde, un animal de limitada fuerza al que, con tesón y sin perder la esperanza, sacó muletazos estimables. El madrileño volvió a matar de excelente volapié y esta vez la petición de oreja fue mayor, sin que el presidente considerara oportuno conceder el trofeo. El torero volvió a dar la vuelta al ruedo.
Aníbal Ruiz se fue a la puerta de chiqueros a recibir a portagayola al segundo de la tarde. Después de dio dos largas cambiadas más en el tercio y creó expectación en el primer tercio. En la muleta se encontró con un toro potable con el que consiguió los mejores momentos al natural. Sufrió una voletereta sin consecuencias y mató de media y seis descabellos.
En el quinto volvió a estar valiente y a realizar un esfuerzo con un toro que comenzó embistiendo con movilidad pero terminó limitando bastante su recorrido. Mató de pinchazo y estocada casi entera fulminante y dio una vuelta al ruedo.
El debutante Fernando Cruz tuvo el lote más deslucido de la tarde, con el que se mostró firme y decidido. Se esforzó ante su primero, un toro que claudicaba y se frenaba en la muleta. Y en el sexto, el más descompuesto y difícil de la corrida, volvió a intentar sacar partido a base de quietud y de tragar mucho. Fue despedido con una ovación.
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