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28º FESTEJO DE ABONO. Sábado 25 de septiembre de 2010. 

El mano a mano librado por El Cid y Daniel Luque en la primera corrida de San Miguel se saldó sin triunfo por parte de los toreros, aunque ambos lograron momentos de interés en sus actuaciones.

CRÓNICA:

El Cid estuvo muy templado de capa en el primero de la tarde, ganando terreno a un toro que salió manseando, muy suelto en el primer tercio. Despues de dos puyazos comenzó la faena con bonitos muletazos ayudados con los que llevó al toro a los medios. Allí le cogió la izquierda y templó al viento y a un toro que iba y venía. La segunda fue de mano baja y mucha emoción. En la tercera serie el toro se vino abajo y no pudo haber tanto lucimiento. Cuando se puso por la derecha el toro lo miró y manifestó su peligro, la faena acabó ahí. La espada cayó baja y trasera, pero fue suficiente. Ovación.

Se lidiaron toros de Alcurrucén, bien presentados y de juego desigual, eminentemente mansos. Destacaron primero y tercero.

Manuel Jesús ‘El Cid’, ovación, ovación y silencio.

Daniel Luque, silencio, silencio y ovación tras aviso.

Tres cuartos de entrada.

No pudo lucirse Daniel Luque de capa con su primero, otro toro que salió haciendo cosas de manso. En la muleta comenzó ligando muletazos por alto con mucha quietud con los que creó buen ambiente. Cuando toreó en redondo el toro no se empleaba ni transmitía, pero con la zurda le sacó muletazos estimables. También por la derecha dejó detalles con un animal cada vez más distraído. Mató de estocada que asomaba y descabello.

El tercero salió frenandose en el capote de forma descarada. Después del encuentro con el picador, el toro manifestó su mansedumbre huyendo constantemente. El Cid intentó recoger esa embestida en la muleta y en la segunda serie lo logró a base de dejarle el engaño en la cara. La tercera tuvo mucha vibración, el torero bajó mucho la mano y ligó con intensidad. En la cuarta hubo un doble remate de pecho que hizo estallar la plaza. Por el lado izquierdo el toro no iba tan bien y la intensidad decreció. Mató de estocada y dos descabellos.

Luque toreó muy bien a la verónica al cuarto, dibujando excelentes lances. También manseó este toro en el caballo. Fernández Pineda, el sobresaliente, hizo un ajustado quite por chicuelinas. En la muleta el toro no tuvo clase y Luque le intentó sacar faena sin que el trasteo llegara a tomar vuelo. Mató de estocada.

El quinto fue el más manso en los primeros tercios, en los que sembró el desconcierto. El Cid brindó al público. En la primera serie el toro se defendió, tirando cornadas. El Cid aguantó el tirón y ligó dos series de mucho mérito. A partir de ahí el toro empezó a buscar descaradamente al torero e impidió su lucimiento. Mató de pinchazo y estocada.

El sexto fue muy protestado pero el presidente lo mantuvo en el ruedo. Luque no tuvo muchas opciones, ya que este último toro de Alcurrucén fue muy deslucido, costándole un mundo romper hacia delante. Pero el torero lo intentó y consiguió sacarle unas series estimables por el pitón derecho. También tuvo mucho merito cómo lo metió en la muleta al natural, poniéndolo todo él, con firmeza y valor. El final de la faena fue un parón bastante importante. Mató de estocada y fue ovacionado después de recibir un aviso.

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